La decapitación del periodista estadunidense James Foley recuerda el caso del reportero Daniel Pearl, que corrió la misma suerte en Pakistán en 2002, y pone un dramático interrogante sobre los cerca de 20 colegas que se estima aún siguen en cautiverio en Siria.

 

Foley, de 40 años, había sido secuestrado en noviembre de 2012 en el norte de Siria, y fue decapitado esta semana por los yihadistas del Estado Islámico (EI).

 

Por su parte, Pearl trabajaba para el diario The Wall Street Journal y estaba investigando la relación de radicales islámicos paquistaníes con Al Qaeda en enero de 2002, cuando fue secuestrado y más tarde degollado por sus captores cerca de la ciudad paquistaní de Karachi.

 

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Daniel Pearl murió en 2002 en Siria. Foto: Especial

En ambos casos, los asesinos difundieron videos en los que se muestran a las víctimas antes de su muerte ofreciendo una última declaración, y posteriormente la propia decapitación y el resultado.

 

Tanto el caso de Foley como el de Pearl, de 38 años, subrayan asimismo los riesgos del periodismo que cubre los movimientos islámicos radicales violentos de la región.
Actualmente, de los 39 periodistas desaparecidos en todo el mundo, 20 de ellos lo han sido mientras informaban desde el sangriento conflicto civil en Siria, según el Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ), que considera al país como el lugar del mundo más peligroso parar ejercer el periodismo.

 

“Los casos de periodistas desaparecidos en Siria son extremadamente difíciles de seguir. La información es escasa, la situación está constantemente evolucionando y algunos casos no son reportados”, indicó el CPJ en un comunicado al comentar la reciente muerte de Foley.

 

Entre los que se conocen figuran dos estadunidenses cuyas identidades han salido a luz: Steven Sotloff y Austin Tice.

 

Sotloff, cuyo caso no fue revelado hasta esta semana, apareció precisamente en el video en el que Foley es decapitado.

 

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Steven Sotloff. Foto: Especial

Una persona encapuchada, tras degollar al reportero, muestra ante la cámara a Sotloff, cuya vida, dice, “depende de la próxima decisión de (el presidente estadunidense, Barack) Obama”.

 
Las últimas noticias que se tienen del periodista, de 31 años y nacido en Miami, son de principios de agosto de 2013, cuando estaba cerca de la frontera entre Siria y Turquía, la misma zona en la que Foley había sido secuestrado.

 

Sotloff contaba con amplia experiencia en la zona, donde había trabajado como periodista autónomo para medios como Time, World Affairs y Christian Science Monitor desde Libia, Yemen o Siria.

 

Por su parte, Tice, de 34 años, desapareció cerca de Damasco en agosto de 2012.

 

Antiguo soldado de las fuerzas armadas estadunidenses, Tice llevaba años informando de la guerra civil en Siria como colaborador para el Washington Post y otros medios del grupo McClatchy.

 

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Austin Tice desapareción en agosto de 2012. Foto: Especial

El CPJ destaca los nombres de otros siete periodistas, todos sirios, que se cree siguen secuestrados por el Ejército Islámico en el país, aunque precisa que es probable que haya otros extranjeros que no se hayan revelado:

 

Aboud Haddad, fotógrafo sirio que trabajaba para la televisión opositora Orient News, y que fue visto por última vez en la provincia de Idlib, cerca de la frontera turca, en junio de 2013.

 

Obaida Batal, Hussam Nidham al Deen y Aboud al Atiq, trabajadores sirios de la oficina de la cadena Orient News, que desaparecieron cuando las instalaciones en Alepo fueron tomadas por EI en julio de 2013.

 

Muayad Saloum, sirio, también de Orient News, y que desapareció cerca de Alepo en noviembre de 2013.

 

Rami al Razzouk, sirio, periodista de la radio ANA, visto por última vez a las afueras de la ciudad de Raqqa en octubre de 2013.

 

Yassir al Sattouf, corresponsal de Shahba Press, desaparecido en los suburbios de Idlib en noviembre de 2013.

 

 

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