ARCELIA, Guerrero. Era medio día de domingo y el calor habitual de más de 30 grados ya se dejaba sentir en Arcelia. Las familias de Francisco, Rufina y Hermelinda, como muchas otras, fueron llegando a la cita para presenciar el estreno de la primera ópera contemporánea en náhuatl Xochicuicatl cuecuechtli (Canto florido de travesuras).
En esta comunidad, aquejada por el crimen organizado desde tiempo atrás, patente en múltiples enfrentamientos y hechos de violencia, una muestra artística pareció un respiro para la comunidad.
“Que bueno que hay personas que prepararán esto para que uno se divierta y parece que no, pero hasta muda uno de pensamiento, cambia con escuchar esto y deja uno las tristezas”, aseguró Rufina, de 76 años.
Francisco, vecino de una de las colonias de Arcelia, quien asistió acompañado de su esposa y sus dos pequeños hijos, quiso llevarlos a El Tecolote para disfrutar su fin de semana, en uno de los dos únicos centros culturales de la ciudad. El otro es la casa de cultura municipal.
“Esta muy divertido, para mi lo es porque nunca lo había visto. Todo está muy bonito”, agregó Rufina al concluir la función.
Por su parte, Antonio de la comunidad de Ixcatepec, celebró que se realice un espectáculo en náhuatl “porque ya se está perdiendo el habla y duele”, aseguró.
La ópera cuenta la historia de tres ahuianis, mujeres que eran preparadas en la vida para dar placer a los jóvenes guerreros, y su encuentro con un forastero que las seduce a través de un relato de metáforas llenas del erotismo.
El teatro de El Tecolote, conocido por los locales por ofrecer espectáculos y talleres gratuitos lució lleno y muy animado con unas 300 personas presentes. Elaborado con varas de maíz y acahual que unidas a una malla borreguera forman los muros y piernas del escenario, hojas de mazorca y costales de chiles que sirven de techo, el piso es de tierra y tiene ventanas sin vidrios, para permitir que el aire corra en el lugar.
Esta puesta fue toda una novedad, ya que jamás había llegado un ópera a Tierra Caliente, Guerrero. Y menos en lengua náhuatl, que es una de las que aún se habla en ciertas comunidades calentanas. También hay quienes hablan purépecha y tlahuica.
Habitantes de Cacahuananche, Nuevo León, Ocotepec, Guerrerito, Ixcatepec y Xochicalco, entre otros pueblos recorrieron hasta cinco horas de traslado en camionetas para presenciar este espectáculo. Al concluir la función se quedaron a comer carne con chile, arroz con mezcal y frijoles acompañado de aguas de piña y pepino que se ofreció para el fandango de celebración del estreno, en el que colaboraron diversos miembros de la comunidad arcelense.
La situación de violencia en Arcelia no es algo lejano. El hecho más reciente fue la quema de camiones de Coca-Cola en los primeros días del mes, en represalia ante la negativa de pagar la extorsión conocida como “derecho de piso”.
Para Josafat Nava Mosso, creador y fundador desde hace 20 años del centro cultural El Tecolote, llevar a los calentanos cultura y entretenimiento reduce la violencia y previene el delito.
“Nosotros estamos formando la verdadera policía preventiva nacional. Tengo 172 alumnos, estamos desarmando a 172 jóvenes y sus familias”, asegura el maestro de Artes Escénicas que llegó hace 35 años a la zona a dar clases de teatro.
Juana Libertad, una de las dos calentanas que son parte del elenco, considera que traer este tipo de espectáculos puede considerarse la primera piedra pare reconstruir el tejido en la zona. “El arte no solo es un respiro para los tiempos difíciles que estamos viviendo, es una vacuna”, aseguró.
Por su parte Abril Mondragón, una joven de 24 años y tallerista desde su adolescencia en El Tecolote, celebró haber estrenado en su tierra lo que considera un proyecto de vida. Ambas representaron el papel de ahuiani chalchitlicue, una joven mujer que cuenta con la virtud de alegrar.
Una primera función se ofreció a noche del sábado para cercanos al centro cultural, que sirvió de ensayó general a la compañía compuesta por unas 20 personas entre actores, músicos y producción, quienes pasaron casi dos semanas antes del estreno en la localidad.
Esta puesta llegará a la ciudad de México en las próximas semanas. Su estreno será el próximo 6 de septiembre en el Centro Nacional de las Artes.
Y aunque no hay telón, al cierre de la presentación el maestro Josafat agradeció la presencia de la comunidad y los apoyos como el de la secretaria de Cultura de Guerrero y el de muchos más que contribuyeron al evento. Entre los anuncios además informó que pronto se enseñará náhuatl en este espacio cultural a fin de preservar una lengua que día a día se pierde.
Un relato precursor del albur
La obra de Gabriel Pareyón, escrita en náhuatl clásico entre junio de 2011 y enero de 2013, está inspirada en el texto homónimo incluido en la colección de los Cantares Mexicanos (Mexicacuícatl) que compiló fray Bernardino de Sahagún en el siglo XVI. Se le considera un texto precursora del albur mexicano.
“Todo el proceso me llevó 15 años. Empecé a estudiar náhuatl de manera sistemática por este texto. Me lo aprendí de memoria por su sonoridad”, relata autor musicólogo autor de esta ópera.
La obra narra el rito de la fertilidad con un doble sentido y usa metáforas intricadas del náhuatl antiguo, de flores y pájaros, que expresan la concepción de la sexualidad y erotismo.
“No sólo de maíz y frijol vive al mujer… también del chile… del picor del chile”, cantan las ahuanis durante la función mientras realizan un baile de tabla.
La obra fue posible gracias a una coproducción del Conaculta, el Centro de Investigación, Documentación e Información Musical (Cenidim) del INBA y el centro cultural El Tecolote, entre otros.
Música actual con cosmovisión nahua
Xochicuicatl cuecuechtli es una experiencia distinta, que cuenta con una orquesta que solo utiliza instrumentos prehispánicos.
José Navarro, director musical y director general de la puesta en escena asegura que esta obra en particular regresa a recuperar algunos aspectos que nos vinculen con la historia y la consmovisión, y desde allí construyen música actual. “No podemos ni pretendemos hacer música como la que se hacía hace 500 años”.
Para conformar el ensamble se tomó como núcleo al cuarteto Kuauhkiauhtzintli, (Lluvia de palos), que trabaja con instrumentos autóctonos que a su vez sumó a varios músicos conocidos así como a dos calentanos.
Los instrumentos principales en escena son unos 11 huhuetl (tambor vertical de un solo parche) y unos 15 teponaxtli (tronco ahuecado con hendidura en forma de H que forma dos lenguetas con dos tonos) acompañados de sonajas e instrumentos de piedra como metates y molcajetes.
Además aerófonos de barro (dobles, triples y hasta un cuádruple), guajes, y una placa metálica, creada en especial para esta ópera a partir de la descripción hecha por fuentes originales ya que nunca se ha encontrado una. “Buscamos crear lo que más se pareciera a ese sonido descrito”, agrega Navarro.
Navarro destaca que en otras creaciones se ha usado el náhuatl a manera de canto occidental tonal, y la diferencia aquí es que este cuícatl (canto nahua) no se asemeja a ello. Este trabajo cuenta con más de un década de investigación literaria, musical y lingüística.
Arcelia, una tierra en conflicto
Este municipio de la Tierra Caliente de Guerrero está ubicado a orillas de la sierra, muy cerca de Ciudad Altamirano y a 135 kilómetros de Valle de Bravo, Estado de México.
Arcelia que sólo representa el 1.1% del territorio guerrerense, y en él habitan apenas 32 mil personas, también es parte del corredor donde se ha elevado el secuestro que incluye además a Apaxtla, Cocula y Teloloapan.
En esta zona operan células de Guerreros Unidos y Los Rojos. Y desde hace años se conoce que el crimen siembra mariguana y sobre todo amapola.
Además de los recientes hechos violentos por la quema de camiones de una refresquera, en diciembre de 2013 cuatro funcionarios murieron cuando soldados los confundieron con supuestos sicarios, ya que llevaban armas y uniformes apócrifos. Mónica Villanueva