Estados Unidos continúan su ofensiva en Irak, incluso cuando el grupo yihadista Estado Islámico (EI), también conocidos como ISIS, amenazaron con matar a un segundo estadunidense cautivo como represalia por cualquier continuación de los bombardeos.
Los ataques aéreos ocurrieron en las horas posteriores a la revelación el martes de un video que muestra al periodista estadunidense, James Foley, siendo decapitado, y subrayaron la promesa realizada la tarde del miércoles por el presidente Barack Obama de continuar los ataques contra el grupo extremista a pesar de sus amenazas.
Según un funcionario estadunidense de alto rango, la cifra de soldados adicionales ahora en discusión sería menor a 300, pero los líderes del Pentágono aún no toman una decisión.
Funcionarios señalaron que las fuerzas fueron solicitadas por el Departamento de Estado y, de ser aprobadas, proporcionarían principalmente seguridad adicional alrededor de Bagdad.
Los 14 ataques aéreos más recientes ocurrieron en el área de la presa Mosul y tenían el objetivo de ayudar a fuerzas iraquíes y curdas a crear una zona de seguridad en la crucial instalación.
Los ataques, que ahora suman 84 desde que comenzó la operación, han ayudado a tropas curdas e iraquíes a recuperar la presa, que estaba bajo control de los insurgentes.
Los milicianos amenazaron con matar a Steven Sotloff, un periodista estadunidense que también está cautivo, si Estados Unidos continúa realizando ataques aéreos.
Los funcionarios no están autorizados a hablar públicamente sobre las operaciones en curso, por lo que pidieron no ser identificados.
Se está a la espera de que Obama, quien se encuentra de vacaciones, tenga que ajustar sus notificaciones recientes al Congreso bajo la Ley de Poderes de Guerra para aumentar la cifra de tropas estadunidenses en Irak.
Actualmente hay 748 soldados de Estados Unidos en Irak, además de los cerca de 100 efectivos que han sido asignados periódicamente a la Oficina de Cooperación de Seguridad en Bagdad.
Bajo las actuales resoluciones de poderes de guerra enviadas al Congreso, Obama autorizó hasta 775 soldados estadunidenses para apoyo en seguridad, valoración de equipos y asesoría en dos centros de operaciones conjuntas, en Bagdad e Irbil.
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