El presidente estadunidense Barack Obama considera emplear acción militar directa en contra de los extremistas del Estado Islámico de Irak y el Levante (EIIL), también llamados ISIS, tras la decapitación del periodista James Foley, según la prensa local.

 

El diario The New York Times indicó este sábado que la acción militar directa es considerada en el caso de Siria y podría incluir desde acelerar e intensificar los apoyos a los rebeldes moderados sirios, hasta comenzar a fortalecer a otros aliados, como las facciones kurdas.

 

Funcionarios estadunidenses también evalúan usar ataques aéreos y bombardeos, como el despliegue de equipos de operaciones especiales en misiones encubiertas, y ataques con drones, o aviones no tripulados, contra los líderes del EIIL, según el rotativo.

 

La nueva postura del gobierno estadunidense fue sugerida luego que el consejero alterno de seguridad nacional del presidente, Benjamín Rhodes, dijo que “si atacas a estadunidenses, vamos a ir contra ti, donde quiera que estés”, en referencia a la ejecución de Foley.

 

“Estamos considerando de manera activa lo que será necesario hacer para lidiar con esa amenaza y no vamos a estar restringidos por nuestras fronteras”, expresó Rhodes.

 

Por su parte, el periódico The Washington Post publicó por su parte este sábado que Obama considera lanzar los ataques tanto en Siria como en Irak, y que para ello pondera buscar la autorización del Congreso.

 

Las opciones que evalúa Obama, de acuerdo con The Washington Post, son una acción militar temporal amparada en la Resolución sobre los poderes de guerra, que autoriza al presidente a emprender una ofensiva por tiempo limitado, como ya lo hizo en las semanas recientes en Irak.

 

La segunda es el uso de la autoridad que tiene Obama para proteger a sus ciudadanos, que incluye el uso de operaciones especiales encubiertas; mientras que la tercera es la petición de una autorización al Congreso, lo que podría politizarse y tomar más tiempo.

 

La operación marcaría un giro notable respecto a la postura de Obama, que se ha resistido a intervenir militarmente en el conflicto en Siria o a dar un apoyo abierto y decidido a los grupos rebeldes que combaten contra el gobierno del presidente de ese país, Bashar al-Assad.

 

La nueva consideración obedece a la creciente amenaza del EIIL en Siria y en Irak, donde ya controla casi la mitad del territorio, así como a la posibilidad cada vez más clara de que este grupo extremista desafíe de manera directa los intereses de Estados Unidos en la región.