Advierte el director de la Comisión Federal de Electricidad  que ahora sí “va a pasar a cuchillo” a quienes se roben la luz con el tradicional sistema de los “diablitos”, imanes y otros trucos; que la dependencia les va a cobrar multototas desde 672 mil pesotes hasta más de tres millones, y si no las pagan les van a dar “frescobote” por varios años. ¡Quiero ver! dice un ciego.

 

 

Según el  funcionario,  por el robo de luz la CFE deja de percibir casi 30 mil millones de pesos al año y esas pérdidas impiden de alguna manera que se haga realidad el sueño de reducir las tarifas eléctricas que prometieron con la reforma.

 
Para nadie es un secreto que en todo el país, desde Sonora hasta Yucatán, muchas empresas pequeñas, medianas y grandes; comerciantes formales e informales y hogares de todos los tamaños se roban la electricidad, ya sea mediante “diablitos” o instalaciones ilegales. También es verdad que los inspectores de la paraestatal se hacen de la vista gorda y en ocasiones, algunos trabajadores se coluden con los usuarios para que paguen menos o éstos les dan una lana para que no “rajen”.

 

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En fin, esquemas para robarse la electricidad hay muchos, por lo que las declaraciones del director de CFE de que la nueva ley de la industria eléctrica establece diversas penalidades relacionadas con el hurto de electricidad, y que a quienes se les sorprenda les van a aplicar las multototas o lo van a meter a la cárcel, se pueden interpretar como un sueño guajiro. Si el funcionario hiciera efectiva la amenaza de meter al “botellón” a los ladrones de la luz, no cabrían en las cárceles con las que actualmente cuenta el sistema penitenciario del país.

 

Por otro lado, “quiero ver cuántos cientos de miles de millones de pesos recauda la Comisión Federal de Electricidad por multas”, dijo el mismo ciego incrédulo. Y saber, en caso de que las multas lleguen a cobrarse, en qué se las gastan o invierten, agregó. Bueno, de entrada podía pedírsele al director una lista detallada de las empresas que se roban la luz, a cuántas han sancionado -con la vieja ley- y qué cantidad de esos 30 mil millones de pesos en pérdidas que se registran cada año por ese concepto, han recuperado.

 

¿O las habrán perdonado sin cobrarles un quinto?

Y mientras el director de la CFE sueña con recuperar la lana para bajar las tarifas eléctricas, otros quieren seguir gastando a manos llenas. El presidente consejero del Instituto Nacional Electoral, por ejemplo, pidió casi 20 mil millones de pesos de presupuesto para 2015, cantidad que será derrochada, perdón, repartida entre el organismo y los partidos políticos para que se la gasten en “chuchulucos”, otra vez perdón, en prerrogativas, gastos de operación y algunos proyectitos.

 
Las prerrogativas de los 10 partidos para la elección del próximo año ascienden a cinco mil 355.5 millones de pesos. El INE solicitará un presupuesto base de operación por siete mil 891.6 millones de pesos, que implica un aumentito de 22% en términos reales con respecto a 2014.

 

La cartera institucional de proyectos asciende a cinco mil 508.8 millones de pesos, 32.2 millones menos en términos reales que los solicitados en 2012, lo que implica un descenso de 1% del presupuesto de proyectos entre un proceso electoral y otro. ¡Ni la burla perdona!  Exclaman los contribuyentes, que son quienes finalmente “apoquinan”. Eso sí, el presidente del INE y sus consejeritos se comprometen a que el  presupuesto austero y responsable se aplique correctamente. ¡Eso ya no fue burla sino otra cosa!

 

 

Peor se las cuento, acota el columnista: Lorenzo Córdova  se opone a que se reduzca el número de diputados y senadores plurinominales -con lo que nos ahorraríamos una buena lana-, como sugiere el PRI.  Luego de participar en el foro “Diálogo público, del IFE al INE: ¿avance o retroceso?”, dijo que su opinión al recorte de los “pluris” es a título personal pero que “la representación proporcional es el mecanismo ideal para reforzar y fortalecer el carácter representativo y democrático de un sistema político”.

 
Para rematar su declaración, el funcionario cinceló esta joya de la orfebrería politológica: “Como autoridad electoral, a lo que voy a tener que ceñirme es, primero, a si la consulta se plantea; segundo, a si la Suprema Corte de Justicia la considera constitucional o no, y tercero, a si el INE determina si hay firmas suficientes. Si hay las condiciones para que ocurra la consulta popular, la autoridad electoral que encabezo está obligada a realizarla”.

 

 

¡Me quedé perplejo con la nueva anécdota de Lorenzo! Exclama un observador.

 
¡Qué poca sensibilidad! ¿Qué tiene que opinar ese cuate? Que se dedique a seguir presidiendo las soporíferas reuniones del INE, que para eso le pagan (¡y le pagan muy bien, inmerecidamente bien!), agrega.