Puede parecer ironía pero no lo es. Lo bueno es que los Pumas frenaron la racha de derrotas que venían arrastrando y sacaron al menos un punto de su estadio, el otrora inexpugnable Olímpico Universitario. Ese fue el balance al final del partido de su entrenador, Guillermo Vázquez, quien regresó al banquillo universitario después de estar alejado dos años y terminar en el desempleo.

 

El resultado fue 1-1 ante los Xolos de Tijuana, que llegaron sin dientes a la capital.

 

Vázquez tuvo un claro efecto motivador. El equipo, en el que están muchos de los jugadores que se convirtieron en campeones en el Clausura 2011 contra todos los pronósticos. Algunos como Leandro Augusto, viene a terminar su carrera. Otros no se fueron por orgullo, como el paraguayo Darío Verón, otros porque no salieron ni rifados, como los Pikolines, Fuentes o Cortés, casos especiales como el de Cabrera y el rosario de lesiones que ha vivido, y Eduardo Herrera, quien se fue a probar suerte a Santos y regresó para ver pasar sin mucha esperanza el torneo en la banca.

 

Y esa fue justo la situación que remedió Vázquez de entrada: Fuentes fue titular y un balón suyo visitó la red, en el minuto 39. Bien se sabe que un gol justo antes del descanso es una gran ventaja para el equipo que lo logra, pero los Pumas andan mal, y no lograron conservar la ventaja. Se fueron empatados al descanso con un tanto de Richard Ruiz en el minuto 44. Un solo cambio, y será suerte o no, un rebote y no una juagad, como sea, pero al menos los felinos enseñaron los dientes.

 

En el segundo tiempo hubo minutos en los que parecía que se podía creer en los locales, Fueron al frente con ganas, pero sin mucha idea, mordieron en la media cancha. Corrieron lo que pudieron, sobre todo los jóvenes, y los viejos, como Daniel Ludueña, mostraron algo del talento que les dio prestigio en el futbol mexicano. Un tiro del argentino pasó cerca del poste derecho, y fue quizá lo más rescatable.

 

En todo caso, parece ser que la principal inquietud de Vázquez es la defensa, y ahí es donde sus jugadores mostraron mejoría. Pumas con Vázquez era un equipo que robaba la pelota en campo contrario, atento al descuido del rival, que conseguía capitalizar con mucho esfuerzo. Es probable que si los universitarios mejoran en el robo, con los delanteros que hoy tiene haga daño.

 

Vázquez probó primero a la dupla Herrera-Ludueña, y después pasó a la de Britos-Ramírez, con menos suerte la última.

 

Así, se fue el partido, con unos felinos miedosos ante la posibilidad de la derrota conforme fue avanzando el partido, y unos caninos mansos que se conformaron con el empate, como si CU fuera la fortaleza de antaño.