MOSCÚ. El presidente ruso, Vladimir Putin, llamó hoy a iniciar cuanto antes un proceso de paz en el este de Ucrania, escenario en los últimos meses de combates entre fuerzas gubernamentales y rebeldes prorrusos.
“Por su parte, Rusia hará todo lo posible para (impulsar) este proceso de paz. Este proceso debe comenzar cuanto antes”, declaró Putin a la prensa rusa tras la cumbre celebrada en Minsk.
Tras reunirse por primera vez sin mediadores con el presidente ucraniano, Petró Poroshenko, Putin subrayó que Moscú no impondrá condiciones para un alto el fuego en Ucrania.
“Lo que podemos es contribuir a crear una atmósfera de confianza durante este, bajo mi punto de vista, muy necesario proceso negociador”, declaró a la prensa rusa.
Putin aseguró que ha acordado con Poroshenko la pronta reanudación de las reuniones en Minsk del Grupo de Contacto (Ucrania, Rusia e UE) para el arreglo del conflicto.
A su vez, ambos países también han decidido cooperar en el suministro de ayuda humanitaria a la ciudad de Lugansk, controlada por los rebeldes pero sitiada por las fuerzas gubernamentales desde hace semanas.
“No quiero adelantarme a los acontecimientos, pero hemos alcanzado acuerdos concretos al respecto”, apuntó.
El jefe del Kremlin, quien autorizó la pasada semana que un convoy humanitario ruso cruzara la frontera ucraniana sin permiso de Kiev, describió hoy como “catastrófica” la situación en la zona de conflicto.
En cuanto a la incursión de soldados rusos en territorio ucraniano, Putin dijo no haber recibido aún el informe del Ministerio de Defensa, pero reconoció que los militares “patrullaban la frontera y pudieron ir a parar a territorio ucraniano”.
En el plano energético, Putin adelantó consultas bilaterales sobre el suministro y el tránsito del gas con destino a Europa, asunto que enfrenta a ambas partes desde hace meses.
Putin calificó de “positiva” y “útil” su primer cara a cara con Poroshenko, que tuvo lugar tras las consultas multipartitas mantenidas entre ambos, los presidentes de Bielorrusia y Kazajistán, y representantes de la Unión Europea (UE).
Por su parte, Poroshenko anunció que ambos países mantendrán “inmediatamente” consultas para normalizar la situación en la frontera, punto de entrada de armamento ruso y mercenarios para las milicias rebeldes, según Kiev.
Además, adelantó los planes para elaborar una “hoja de ruta” para la “pronta” entrada en vigor de un régimen de alto el fuego bilateral que sería supervisado por la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE).
“Hemos demostrado que el principal objetivo con el que vinimos a Minsk es la paz. Finalmente, la lógica del plan de paz fue apoyado por todos los jefes de Estado, sin excepciones”, destacó.
Y confirmó el reinicio de las consultas gasísticas entre Rusia y Ucrania el próximo 6 de septiembre con mediación del comisario europeo de Energía, Günther Oettinger.
Mientras, la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, propuso durante la cumbre de Minsk el inicio de negociaciones para un cese de las hostilidades, el pleno control de las fronteras y el suministro de ayuda humanitaria en línea con las normas internacionales.
La cumbre de Minsk ha sido el primer intento internacional de alcanzar un compromiso entre Ucrania y Rusia para el arreglo pacífico del conflicto en las regiones orientales ucranianas de Donetsk y Lugansk, donde los rebeldes prorrusos se sublevaron contra Kiev en abril pasado.