Un nuevo análisis realizado al “Niño de Taung“, un homínido de alrededor de 3 millones de años, reveló que no presenta algún desarrollo parecido al cerebro del humano moderno.

 

Este fósil, extraído de una cantera en Taung,  fue asignado como la primer especie de Autralopithecus africanus y fue hallada en esta localidad de Sudáfrica hace casi 90 años por el profesor Raymond Dart, de la Universidad de Wits en Johanesburgo.

 

Sin embargo, al someter a un nuevo análisis a esta osamenta infantil excepcionalmente bien conservada con una antigüedad de 2.5 millones de años, un nuevo grupo de científicos descubrió que este homínido no muestra las mismas adaptaciones craneales que se pueden observar en los niños pequeños de la especie humana.

 

Al ser sometido a tecnologías de última generación en las instaNiño de Tuareg, primer australopitecus ¡no era humano!, revelanaciones de la Universidad de Wits, los investigadores han puesto en duda todas las teorías que suponen que los australophitecus africanus muestran las mismas adaptaciones craneales que los niños de hoy en día.

 

Hasta ahora, se pensaba que los cerebros infantiles de estos antiguos homínidos tenían un desarrollo muy similar al de los niños modernos, especialmente en la región prefrontal.

 

Para estudiar esta adaptación evolutiva, el doctor Kristian J. Carlson, investigador senior del Instituto de Estudios Evolutivos de la Universidad de Witwatersrand, y sus colegas, el profesor Ralph L. Holloway, de la Universidad de Columbia, y Douglas C. Broadfield, de laUniversidad Atlántica de Florida, todas ellas en Estados Unidos, realizaron una disección en silico del fósil de Taung utilizando una tomografía computarizada de alta resolución.

 

“Un estudio reciente ha descrito el fósil de cerca de tres millones de años, que se cree que perteneció a un niño de entre 3 y 4 años de edad, que poseía una sutura metópica persistente y una fontanela anterior abierta, dos características que facilitan el crecimiento del cerebro postnatal en los bebés humanos, argumenta Carlson.

 

Los investigadores sugieren que la evidencia física del cráneo de Taung no enlaza sus funciones con la expansión del lóbulo prefrontal temprano, una región del cerebro implicada en muchos de los comportamientos humanos, por lo tanto no tienen nada que ver con la forma en que se desarrolla el cerebro de los niños de nuestra especie.

 

MN