RIO DE JANEIRO. Dilma resiste el huracán, por ahora. La ecologista Marina Silva, candidata presidencial tras la muerte del socialista Eduardo Campos, fue sido confirmada por otro sondeo como favorita para desplazar del poder en Brasil a la presidenta Dilma Rousseff y al Partido de los Trabajadores (PT).
Según una encuesta divulgada por la firma MDA, Silva ganará las elecciones en la segunda vuelta prevista para el 26 de octubre próximo con un 43.7% frente a Rousseff, candidata a la reelección, que quedaría con 378%.
En la primera vuelta del 5 de octubre, Rousseff se impondría con 34.2%, seguida por Silva (28.2%) y el socialdemócrata Aécio Neves (16%).
El resultado es similar al arrojado por dos encuestas difundidas en los últimos diez días, tras la muerte en un accidente aéreo del hasta entonces candidato Campos y la designación de Silva como nueva abanderada del Partido Socialista Brasileño (PSB).
Hasta ese momento, todos los sondeos vaticinaban la reelección de Rousseff en segunda vuelta frente al socialdemócrata Neves, que ha sido relegado por Silva al tercer lugar.
La fuerza con que ha entrado Silva en los sondeos ha sorprendido a todos los analistas políticos y a los propios Rousseff y Neves, en cuyas campañas hoy se insistía en decir que el ahora llamado “efecto Marina” no pasa de ser una “nube pasajera”.
Sin embargo, muchos analistas comienzan a creer que Silva no es un fenómeno temporal y que sus posibilidades de despojar al PT del poder que mantiene desde que ganó con Luiz Inácio Lula da Silva en 2002 son más que reales.
La explicación se encuentra sobre todo en los índices de rechazo, que en el caso de Rousseff llegan casi 35% frente al escaso 10% de Silva, quien además atesora el capital que logró en 2010, cuando quedó tercera en las presidenciales con casi un 20% de los votos.
La nueva encuesta fue publicada un día después del primer debate televisado en el que participaron los principales candidatos, en el que Silva, una mujer de apariencia frágil, lució segura y repitió su proclama contra la “vieja política” que, a su juicio, encarnan el PT y el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) de Neves.
“Tenemos que combatir la polarización entre el PT y el PSDB”, que tras veinte años de alternancia en el poder “ya dio lo que tenía que dar”, declaró Silva en el debate que, pese a ser el primero de los cuatro previstos, sólo alcanzó picos de audiencia de cinco puntos.
Rousseff optó por defender su gestión de Gobierno, sobre todo en lo social, y dejó los ataques a Silva por parte de Neves, quien se centró más en sus críticas al deterioro sufrido por la economía en los últimos cuatro años.
El misterio del avión
BRASILIA. En medio de la euforia provocada por las encuestas, una sombra se tendió sobre la campaña del PSB debido a un misterio que rodea a los propietarios del avión que usaba Eduardo Campos cuando murió.
Según investigaciones del canal Globo TV y el diario O Estado de Sao Paulo, el avión ejecutivo Cessna Citation 560 XL que usaba el candidato del PSB en su campaña pertenecía a tres empresarios cuyas compañías parecen no existir.
En el registro oficial aparece como dueño el grupo A.F.Andrade, dedicado a la producción de etanol, pero sus directivos explicaron que lo vendieron en mayo pasado a tres empresarios del estado de Pernambuco, fortín electoral de Campos.
En las direcciones legales declaradas por las empresas de los nuevos dueños del avión hay, según comprobó Globo, “una residencia, una oficina vacía y una casa abandonada”, y ninguno de los vecinos supo informar sobre esas compañías.
El PSB se vio obligado a admitir, mediante una nota oficial, que los gastos con el avión aún no fueron declarados a las autoridades electorales, como es preceptivo, aunque explicó que lo haría cuando concluyera la campaña, con el total de horas de vuelo.
La nota del PSB confirmó que el uso del avión “fue autorizado por los empresarios Joao Carlos Lyra Pessoa de Mello Filho y Apolo Santana Vieira”, propietarios de las compañías en cuyos domicilios legales no se hallaron rastros.
Silva aún no se ha pronunciado sobre el asunto, cuyo esclarecimiento el PSB ha admitido que enfrenta “dificultades”, pues entre las otras seis personas que murieron con Campos en la tragedia estaban algunos de los responsables de su campaña.