EL CAIRO. Al menos 43 cascos azules de la ONU fueron retenidos por rebeldes sirios en la zona de los Altos del Golán, en el área fronteriza entre Siria e Israel, mientras que a otros 81 se les impide desplazarse por el lugar.
El director del Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), Rami Abderrahmán, acusó al yihadista Frente al Nusra, filial de Al Qaeda en Siria, de estar detrás de este secuestro.
La ONU, que no especificó las nacionalidades de los afectados, añadió que los secuestrados forman parte de la Fuerza de las Naciones Unidas de Observación de la Separación en los Altos del Golán (UNDOF), desplegada en esta zona entre Siria e Israel, país que ocupó parte de estos territorios al finalizar la guerra de 1967.
“Naciones Unidas está haciendo todos los esfuerzos para garantizar la puesta en libertad de los cascos azules detenidos y restablecer la total libertad de movimientos de la fuerza en su área de operaciones”, aseguró la ONU en una nota oficial.
En declaraciones a la Agencia EFE a través de internet, el corresponsal de la organización opositora siria Red Sham, Fadi Alasmai, dijo que todos los observadores retenidos son filipinos.
La misma fuente, que dijo haber sido testigo de los episodios, aseguró que los oficiales de la ONU “no están secuestrados”, sino que los miembros del yihadista Frente al Nusra tienen asediados los dos edificios donde se encuentran los cascos azules, uno en la aldea de Briqa y el otro en Ruihina, pero que no han entrado en ellos.
Alasmai añadió que miembros del “Ejército Libre Sirio están mediando con los yihadistas” con el objetivo de liberar a los cascos azules, pero que el Frente al Nusra “se niega por el momento (al cierre de la edición) a negociar”.
El comunicado de la ONU añade que estos incidentes han sucedido como consecuencia de un “incremento en los combates” en la zona entre “elementos armados” no identificados por la ONU y fuerzas del Ejército sirio.
El miércoles, combatientes rebeldes sirios, entre ellos miembros del Frente al Nusra, tomaron el control del paso fronterizo de Al Quneitra, que separa Siria de los Altos del Golán, según informó el OSDH.
En los combates que precedieron a la toma de esta zona murieron al menos veinte miembros de las fuerzas del régimen sirio y de sus milicias afines.
Este secuestro fue condenado por el Observatorio, que también pidió la liberación de los observadores de la ONU “sin ninguna restricción o condición” y subrayó que “este acto no sirve al interés del pueblo sirio”.
Se trata del tercer secuestro de oficiales de Naciones Unidas en los Altos del Golán a manos de los rebeldes sirios.