Es bueno para tu pelo, para tu piel y para tus dolores. ¡Hasta te ayuda a mantener a raya tu colesterol! Las virtudes del aceite de argán son numerosas, pero ahora comienzan a conocerse mundialmente gracias a que estrellas de la talla de Salma Hayek, Madonna o las hermanas Kardashian, que se han declarado “fans” de este aceite surgido de remotos valles del sur marroquí.
En Marruecos el argán es un aceite milenario, usado por las mujeres bereberes de la región de Esauira y Agadir con fines estéticos y gastronómicos desde tiempos inmemoriales. En el resto del país, el aceite de argán se usaba tradicionalmente en tratamientos de belleza antes de entrar en el hamam, el baño público de vapor, o como hidratante natural para los cabellos muy secos.
Los centros de estética y belleza surgidos en los últimos años han incluido el argán dentro de su oferta. Los hamams modernos de Marrakech y Rabat, más parecidos a un spa europeo que a un baño tradicional, ofrecen casi siempre masajes tonificantes de aceite de argán.
Sus beneficios
Sara al Mossaui, propietaria de un Spa en la ciudad de Rabat, explica las múltiples virtudes del aceite: para el cabello seco y demasiado voluminoso, un masaje de argán en el cráneo y una máscara capilar durante 15 minutos, antes de lavarlo, alisa el cabello y lo deja mucho más brillante.
Para la piel, es recomendable para luchar contra las estrías, y por ello es muy solicitado por embarazadas en sus últimos meses y por mujeres que se someten a tratamientos de adelgazamiento y se quedan con la piel flácida: un tratamiento de varias sesiones de masajes
Pero no terminan ahí sus beneficios: aplicado caliente en suaves masajes en zonas de dolor muscular (reumatismo, artrosis, lumbalgia o ciática), el aceite de argán proporciona una sensación inmediata de alivio, asegura Mossaui.
El argán es sin duda la estrella en su salón, añadió.
Además, una cucharada diaria de aceite de argán crudo (increíblemente rico en Omega 3) sirve para mantener niveles muy bajos de colesterol. Hace falta, eso sí, que sea la versión gastronómica, y no la cosmética, del aceite.
Es cierto que el aceite tiene un olor acre, causado por el tostado de las almendras del que procede, y por eso es fácil encontrarlo, al menos en Marruecos, aromatizado con esencias de naranja, limón, azahar, agua de rosas o tomillo.
¿Quién dijo caro?
El aceite de argán no está entre los baratos del mercado, ya que un litro en su versión cosmética, ronda los 500 dirhams, su moneda oficial, o el equivalente a 60 dólares en una tienda en Marruecos, aunque nunca se venden en envases tan grandes.
Sin embargo, solo cuando se conoce cuánto cuesta producir este oro líquido, puede uno comprender que se paguen esos precios.
Para entenderlo, imaginemos un fruto del tamaño algo mayor que una aceituna, del que se desecha la pulpa exterior, para acto seguido cascar el hueso interno y extraer de su interior una
Hay que tostar y moler las almendras para extraer una pasta que luego se filtra, con el fin de separar la “carne” del propio aceite. Hacen falta 20 horas de trabajo y 4 kilos de almendras (que proceden de setenta kilos de frutos) para obtener un litro del preciado líquido.
Al laborioso proceso se añade el hecho de que el arbusto que produce el fruto del argán, de un tamaño poco mayor que el de una persona adulta, solo crece en un lugar concreto del mundo, y es en las zonas semiáridas del sureste de Marruecos, en la región delimitada por las ciudades de Safi por el norte, Agadir por el sur y Marrakech por el este.
Si ellas supieran…
Es improbable que las mujeres que producen el argán sepan de Salma Hayek, Marion Cotillard o Charlize Theron, una de las primeras abanderadas de este líquido de mil virtudes. Tan improbable como que las famosas de Hollywood conozcan que el argán requiere tanto trabajo
Hay 191 cooperativas femeninas con casi 5 mil socias, establecidas en el suroeste de Marruecos, que han logrado el apoyo de ONGs extranjeras y organismos de cooperación por ver en ellas un medio excelente para mejorar la vida del medio rural, empoderar a las mujeres y explotar de manera racional una planta originaria que puede aportar un gran valor añadido a sus cultivadores.
Sin embargo, el éxito del argán allende las fronteras ha supuesto paradójicamente un problema para sus productores: una multinacional cosmética francesa ha acaparado ya una buena parte del mercado al absorber a cientos de cooperativas y, por otro lado, ingenieros agrícolas israelíes han conseguido hacer que el argán prospere en su país.
¿Se acabó la exclusividad marroquí? ¿Caerá el argán en la implacable industria del consumo? ¿Será Hollywood su bendición o su ruina?
Con información de EFE