LA HABANA. Las nuevas medidas aduaneras que restringen a los viajeros el ingreso de bienes a Cuba entrarán mañana en vigor, en medio de un profundo malestar entre los cubanos, que lo ven como un obstáculo más en la difícil tarea de adquirir artículos como ropa, productos de aseo o electrodomésticos.

 

Se trata de una de las medidas del gobierno de Raúl Castro más polémicas y contestadas de los últimos años, que ha levantado una polvareda de críticas incluso desde la propia prensa oficial, que en la última semana ha dedicado numerosos artículos al asunto, al considerar esta norma desproporcionada y alejada de la realidad.

 

Algunos de estos medios opinan que los cambios aduaneros no atajan el problema de raíz, que es el desabastecimiento de productos básicos de alimentación e higiene, ropa o aparatos electrónicos, así como su elevado precio en las tiendas estatales, cuya finalidad es recaudar divisas, por lo que venden en CUC, equivalente al dólar y que se cambia por 24 pesos cubanos (CUP).

 

En Cuba rige el sistema de doble moneda, donde el CUC es la divisa fuerte en la que se vende buena parte de los productos y servicios de la isla, mientras que la mayor parte de los cubanos recibe su salario en CUP.

 

La Aduana General de la República ha tratado de salir al paso de las críticas y defiende que aquellos que entren y salgan de la isla sin propósitos comerciales apenas sufrirán cambios en sus límites de equipaje, ya que el objetivo de las medidas es proteger el mercado nacional y frenar las importaciones ilícitas.

 

La decisión pasa por los intentos del gobierno de eliminar el negocio de “mulas”, principalmente provenientes de Miami o países latinoamericanos, que alimentan el vasto mercado negro que existe en la isla, frente a las carencias de la red minorista que controla el Estado.

 

La vicejefa de la aduana Idalmis Rosales defendió en el diario oficial “Granma” la pertinencia de estas medidas para evitar que “determinadas personas empleen los márgenes de importación no comercial no establecidos hasta ahora, con el propósito de ingresar al país altos volúmenes de mercancías destinadas a la comercialización y el lucro”.

 

Cuando el gobierno decidió en 2010 ampliar el sector privado, ese “tráfico” aumentó y durante meses muchos negocios de los llamados “cuentapropistas” vendieron abiertamente y con la tolerancia de las autoridades productos importados por esa vía (ropa, accesorios, móviles), hasta que en 2013 ese tipo de comercio fue prohibido y pasó a la ilegalidad.

 

En resumen, se mantiene que cualquier viajero tendrá derecho a viajar a la isla con 25 kilogramos de equipaje personal (ropa, calzado, perfumería) libres de aduana, pero podrá llevar hasta 100 kilos más de artículos variados, por los que pagaría mil pesos de derechos de importación.

 

Lo que se modifica a partir de mañana es el valor en aduana de productos no considerados “miscelánea”, como electrodomésticos o aparatos electrónicos, así como la cantidad de artículos que se podrá introducir.

 

Por ejemplo, en el caso de confecciones, de los cuarenta pantalones que antes podían traerse de hombre y otros tantos de mujer, a partir de mañana serán solo diez de cada.

 

En cuanto a los televisores, uno de los electrodomésticos que más importan los cubanos, el coste en aduana por introducir, por ejemplo, un equipo led de 32 pulgadas pasará de 150 a 250 pesos.

 

Los cambios que se introducen a partir de mañana mantienen invariable otra de las medidas que más molestaban a los cubanos, ya que éstos pagan los derechos de aduana en pesos cubanos sólo en su primer viaje del año, mientras que en otras salidas tendrán que pagar la misma cantidad, pero en CUC, lo que multiplica considerablemente el coste en aduana.

 

En medio de esta ola de malestar, las autoridades han distribuido un folleto para explicar el “mínimo impacto” de estas medidas para aquellos que viajen sin propósitos comerciales, aunque muchos creen que las más perjudicadas son las familias con miembros fuera de Cuba que acuden a la isla periódicamente cargados de regalos.