El presidente Enrique Peña Nieto confirmó la construcción del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, que se pretende sea una de las terminales más importantes del mundo.
En el marco del mensaje con motivo de su Segundo Informe de Gobierno, el Ejecutivo adelantó algunos detalles del proyecto que será anunciado hoy de manera formal. De acuerdo con el mandatario, la nueva terminal se construirá en terrenos contiguos al que existe hoy día, tendrá seis pistas, se espera que cuadruplique la capacidad de la actual terminal aérea, y se levantará con una capacidad de 120 millones de pasajeros al año.
En el informe escrito enviado el lunes al Congreso, el Ejecutivo señaló que el aeropuerto requerirá una inversión por unos 120 mil millones de pesos.
Según ha dicho el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Gerardo Ruiz Esparza, el gobierno cuenta con una reserva de mil 200 hectáreas aledañas al actual aeropuerto para la construcción de la nueva terminal.
Vialidad técnica y ambiental
Para Fernando Gómez Suárez, consultor especialista en el sector aeronáutico, la construcción de un nuevo aeropuerto es viable dentro de la zona de Texcoco.
En su opinión, es posible que convivan este tipo de proyectos en el Lago de Texcoco, preservando la vida ecológica, el entorno y la vida silvestre, ya que se ha hecho en otras partes del mundo.
No obstante reconoció que habrá oposiciones al respecto, la solución, aseguró, sería no tratar de inventar el hilo negro. “Se requiere retomar la experiencia internacional sobre la materia, considerando la recuperación hidráulica, de construcción en zonas lacustres como el aeropuerto de Narita, en Japón (el cual está sobre el mar)”.
Para el especialista, también es viable la construcción sobre el tipo de tierra que representa esa zona del Lago de Texcoco, considerada como “blanda”, pero siempre y cuando los administradores del proyecto tengan una visión integral sobre la cimentación, para que no tenga problemas de hundimiento.
“La Terminal 2 tiene problemas de hundimiento y desfasamiento, porque se hizo por separado el diseño, la construcción y la conservación, lo cual se debe evitar”, manifestó.
Descartan conflicto
Fernando Gómez aseguró que el proyecto aeroportuario no abarca los terrenos ejidales de Atenco. En entrevista con 24 HORAS, explicó que el proyecto plantea la creación de la nueva terminal aérea a cinco kilómetros del actual, dentro del predio contigua a la vieja terminal, por lo que no es parte de la zona ejidal de Atenco, que estuvo en conflicto en 2001, cuando el entonces presidente Vicente Fox intentó edificar también un nuevo aeropuerto.
La distancia convertirá al nuevo aeropuerto en una “terminal satélite”, contigua al AICM, pero lejos de Atenco.
Detalló que el actual aeropuerto tiene 70 hectáreas, mientras que la reserva federal que comprende la zona de los municipios de Ecatepec, Texcoco, Chimalhuacán y Nezahualcóyotl abarca mil 200 hectáreas, 15 veces lo que mide el actual AICM. Mientras que Atenco está ubicado en la parte centro de Texcoco.
“Si el nuevo aeropuerto estuviera en Atenco se cancelaría el proyecto, pues no serían compatibles en operación las pistas del actual aeropuerto con la del nuevo”.
Recordó que en 2001 la superficie que demandaban pobladores ejidales era de 100 hectáreas dentro de una reserva que comprende mil 200 hectáreas; algunas de éstas comprendían los límites de Atenco, en una zona ejidal, por eso se abortó el proyecto de Fox.
“Pero en este nuevo esquema se está dentro de la regulación de lagos artificiales y dentro del Lago de Texcoco, pero lejanos de Atenco, ya que esta zona ejidal se encuentra a 20 kilómetros de distancia, casi llegando a Texcoco”, precisó el analista.
Ejidatarios preparan su defensa
La zona donde se plantea construir la nueva terminal aérea en la Ciudad de México es la misma que expropió en 2001 Vicente Fox, aseguró a 24 HORAS Adán Espinoza, integrante del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra de San Salvador Atenco.
El ejidatario detalló que desde 2013 ha habido coacción por parte del Comisariado Ejidal para que los comuneros vendan sus terrenos por 200 pesos el metro cuadrado, mientras que la Comisión Nacional del Agua (Conagua) también ha comprado zonas ejidales que no le corresponden.
“Sí, es el mismo terreno ejidal que desde hace 13 años hemos luchado por conservar. Pero reiteramos que nuestra tierra no se vende, no tiene precio la violencia y muerte del que hemos sido objeto, pues los hechos siguen impunes”, expresó.
Hasta ayer, los defensores de Atenco valoraban la posibilidad de manifestarse pacíficamente en la Ciudad de México, en el marco del anuncio del nuevo AICM.