El presidente de la Unión Nacional de Cañeros (UNC), Carlos Blackaller, se pronunció por una solución negociada en el tema del azúcar con Estados Unidos, pues de no hacerlo las pérdidas anuales serían de alrededor de tres mil millones de pesos.
Destacó que de no alcanzar una óptima negociación, el gobierno mexicano debe imponer aranceles a las importaciones de fructosa de maíz procedentes de esa nación o en su defecto concertar un Acuerdo de Suspensión similar al que se aplicó en el caso del tomate.
“De prevalecer estas cuotas, el gobierno mexicano debe tomar una decisión dura y establecer condiciones a las importaciones de jarabe de maíz de alta fructosa”, argumentó.
En una decisión unilateral, el Departamento de Comercio de Estados Unidos impuso cuotas compensatorias preliminares, que van de 2.99 a 17.01%, a las exportaciones de azúcar mexicana, como resultado de la investigación por subsidios en contra del producto nacional.
Para Blackaller, dicha medida es realmente preocupante, ya que se llevó a cabo con base en argumentos artificiales; “Lo veo como un bullying azucarero” contra los productores mexicanos.
Sin embargo, recordó que como la sentencia es preliminar hay tiempo para negociar, ya que la imposición de los aranceles se ratificaría en enero de 2015 para empezar a aplicarse en marzo del mismo año, mes en que iniciarían las afectaciones directas al sector mexicano.
Detalló que de ser ratificada la medida afectaría a 500 mil empleos directos y más de dos millones de plazas indirectas en 15 estados y 230 municipios del país.
El presidente de la UNC subrayó que el descontento de los productores estadunidenses es que el azúcar mexicana es competitiva, de calidad y con alta eficiencia en la logística de abasto, lo que la colocó en la preferencia de los consumidores de ese país.
Refirió que México genera seis millones del edulcorante para consumo interno y entre 1.5 y 1.7 millones de toneladas anuales de excedentes, de los cuales alrededor de 85% se destina a Estados Unidos.
Indicó que México podría tener la posibilidad de replantear sus excedentes en el mercado mundial, pero la realidad es que sería a “precios muy castigados” y con una pérdida cercana a los dos mil 500 pesos por cada tonelada, lo que implica pérdidas de tres mil millones de pesos.
“Si aplican el arancel, implica que México no podrá exportar, por lo menos, alrededor de 1.5 millones de toneladas de excedente de azúcar al mercado de Estados Unidos”.
Asimismo, advirtió, si bien el precio del endulzante disminuiría en el mercado interno, sería a costa de la quiebra de toda una cadena agroindustrial que da empleo a 500 mil personas directamente, además de generar un desorden comercial.
El directivo recordó que el mercado de Estados Unidos es deficitario en la producción de azúcar y tiene que realizar importaciones por más de 2.5 millones de toneladas para abastecer su consumo nacional.
Por otra parte, los productores mexicanos son afectados con la entrada de fructosa de maíz de Estados Unidos, la cual se obtiene de un maíz subsidiado y lo exportan a México a muy bajos precios, lo que significa el desplazamiento del azúcar nacional en un volumen cercano a un millón 300 mil toneladas.