El escepticismo reina en San Salvador Atenco tras el anuncio del presidente Enrique Peña Nieto sobre la construcción de un nuevo aeropuerto internacional en el Valle de Texcoco. La única certeza es que sus ejidatarios están listos para otra batalla y desde ayer se declararon en rebelión.

 

Una docena de cohetones, lanzados desde la plaza central, convocaron ayer a los ciudadanos. Es el comienzo de la insurrección. Decenas de jóvenes, que eran unos niños cuando ocurrió la represión de las fuerzas federales aquel 5 de mayo de 2006, despliegan cárteles que evocan a Emiliano Zapata y desenfundan sendos machetes.
También concurren ancianos, uno de ellos es Adán Espinosa, uno de los líderes del Movimiento de Atenco y del Frente Popular por la Defensa de la Tierra. “Defenderemos nuestras tierras con nuestra vida”, advierte.

 

 

Incredulidad

Unos minutos después de que el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz  Esparza, anunciará que la nueva terminal aérea se edificaría en unos terrenos federales de más de cuatro mil hectáreas y que respetarían a los pobladores de Texcoco, otro de los líderes, Ignacio del Valle, grita: “no les creemos, es un proyecto de muerte” y anima a los demás ejidatarios a seguir sus consignas.
Lo que se suponía sería una conferencia se convierte en la primera asamblea del pueblo de Atenco tras el anuncio del nuevo aeropuerto. Liderados por Nacho del Valle, preso durante cuatro años por su activismo en defensa de sus tierras, uno a uno los ejidatarios toma la palabra.
La escena es la misma: los atenquenses evocan el 2001 cuando Vicente Fox, “sin consultarlos”, quiso expropiar sus más de dos mil hectáreas para la construcción de un aeropuerto, lo que derivó en una rebelión y movimiento social, el cual, se había mantenido estático desde 2010 cuando sus principales líderes fueron liberados.
Y ayer, después de 13 años, aseguran que el escenario es el mismo, no tienen certeza si el proyecto del nuevo aeropuerto y la denominada Ciudad Futura -un ambicioso plan de desarrollo urbano que contempla reactivar el Valle de Texcoco- impactarán de nuevo en la expropiación de sus tierras.

 

 

Sin negociación

A diferencia del 2001, los ejidatarios no desean explicaciones ni mesas de negociación con el gobierno federal y las empresas encargadas del proyecto. Desconfían totalmente de Enrique Peña Nieto, Eruviel Ávila y otros gobernantes.
Aunque el proyecto del aeropuerto no tenga un impacto directo en su núcleo ejidal, su mayor preocupación son los daños colaterales. “Nos quieren extinguir”, dice Felipe Álvarez, otro los líderes del movimiento.
Con desarrollos habitacionales, explica, la agricultura, principalmente siembra de maíz, a la que se han dedicado ancestralmente, estaría condenada a desaparecer y ser cambiada por “grandes edificios, autopistas y centros comerciales”.
Ante ese escenario, la suerte está echada para los comuneros, quienes desde ayer comenzaron a preparar la insurgencia. “todo el mega proyecto está en lo oscuro para todos los mexicanos, estamos ante una incertidumbre de qué va a pasar con nuestros predios, igual que en 2001”.
Durante años, los pobladores de Atenco ganaron respaldo de diversas organizaciones nacionales e internacionales, a quienes recurrirán como parte de la resistencia; por lo pronto, el pueblo michoacano de Cherán y el movimiento zapatista los apoyan.
Desde el gobierno federal se gesta la obra del sexenio y se vislumbra que México en 2020 tendrá una de las terminales aéreas más grandes de mundo, mientras, en el pequeño poblado de Atenco se alista la insurrección y una nueva batalla para detener la obra.

 

 

Alistan batalla legal

 

 

El peor de los escenarios para los ejidatarios de San Salvador Atenco es que el Tribunal Unitario Agrario, con sede en Texcoco, valide una asamblea en la que se autorizó el cambio de uso de suelo y el de dominio pleno de sus más de dos mil hectáreas, para pasar de un régimen ejidal a uno de propiedad privada, con lo que sus tierras serían vendibles.
Los comuneros de Atenco acusan que el 1 de junio de este año, el comisario ejidal, Luis Quiroga, convocó una asamblea apócrifa, en la cual, apoyado por militantes del PRI y familiares de ejidatarios que no radican en Atenco, aprobaron el cambio de uso de suelo y el cambio de dominio pleno, sin autorización de los integrantes del Movimiento en Defensa de la Tierra y mayoría de propietarios de los ejidos.
Los ejidatarios originarios de Atenco explicaron a 24 HORAS que presentaron un recurso de impugnación de la asamblea ante el Tribunal Unitario Agrario, por lo que las tierras están jurídicamente en conflicto.
Su mayor preocupación es que, debido a la corrupción, los magistrados asistan al comisariado ejidal, y validen la asamblea, con lo cual, los terrenos de Atenco serían vendibles en su conjunto.
Los comuneros están citados este lunes ocho de septiembre para continuar con el proceso y tienen planeado marchar desde Atenco hasta Nezahualcóyotl para iniciar la resistencia.

 

 

La Conagua los provoca

Ejidatarios de San Salvador Atenco mostraron una zona limítrofe de su ejido, donde la Comisión Nacional del Agua ha comenzado a abrir brechas con el objetivo de crear un perímetro sobre uno de los acueductos.
La entrada de maquinaria pesada y los trabajos de levantamiento de tierra son considerados por los ejidatarios como un acto de provocación del gobierno federal.

 

 

Este diario pudo constatar que los trabajos de la Conagua fueron encargados a la Constructora Virgo, la cual, lleva cuatro meses haciendo brechas con 15 maquinarias pesadas.
Ante lo que consideran la provocación de la Conagua y el proceso en el tribunal agrario, los comuneros se preparan para una batalla legal y una en defensa de sus tierras.