Napoleón Gómez Urrutia regresará a la Ciudad de México para recuperar el “trono sindical”. Declarado inocente por un de un desfalco de 55 millones de dólares de un fideicomiso destinado a empleados jubilados del sector minero, anunció que regresará al DF porque aquí están sus tropas.

 

El viacrucis de Napoleón comenzó el 14 de abril de 2000 cuando la Secretaría del Trabajo (todavía en manos del PRI y a cargo de Marianito Palacios Alcocer) le negó la “toma de nota” como dirigente del sindicato minero, porque no cumplía con los requisitos estatutarios. En junio de ese mismo año, las fieles tropas de aquél presentaron a la mencionada dependencia una lista de integrantes de la mesa directiva del sindicato; la Secretaría del Trabajo le dio el visto bueno a todos, excepto a Gómez Urrutia, condicionándolo a que demostrara que era trabajador y socio del sindicato de mineros; éste presentó copias alteradas donde aparecía como trabajador activo y una constancia que le dio la empresa Peñoles, de Alberto Bailleres. Pero Marianito “lo descubrió en la maroma”.

 

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Gómez Urrutia, sin embargo, no quitó el dedo del renglón. Entre julio y diciembre de 2000 ya no hizo nada por subir al trono legalmente, pero siguió actuando como “dirigente espurio”, según sus detractores. Ernesto Zedillo le dio instrucciones a Marianito para que le legaran a Vicente Fox tan espinoso asunto.

 

En cuanto el gobierno del “cambio sin rumbo” se instaló, Napoleón realizó nuevos trámites para que le dieran la “toma de nota”. En abril de 2001, sin embargo, el secretario Carlos Abascal Carranza le dijo que aunque su padre Napoleón Gómez Sada -quien llevaba varios meses queriendo morirse- le haya heredado el cargo, no reunía los requisitos que marcaban los estatutos.

 

A pesar de la negativa de la autoridad laboral, Gómez Urrutia siguió ejerciendo el puesto. Ante tanta resistencia buscó alianzas, y las encontró en la persona del subsecretario Fernando Franco, quien empezó a “meterle el hombro” con Abascal. En octubre de 2001, Napoleón Gómez Urrutia enterró a su padre Napoleón Gómez Sada. Dos meses después, y en un cambio de actitud por demás extraño, Carlos Abascal le concedió al multicitado la “toma de nota”. Años después, cuando Abascal despachaba como secretario de Gobernación, comentó al columnista que tuvo que darle la “toma de nota” porque “comprobó que sí había sido trabajador minero”. ¡Pero si usted mismo lo “mandó por un tubo” en abril de 2001 porque los documentos que había presentado eran falsos!, cuestionó el columnista a Abascal. Y nada más se rio.

 

 

La realidad fue que Abascal negoció con Gómez Urrutia la repartición de los 55 millones de dólares -producto de 5% de las acciones de Mexicana de Cobre y Mexicana de Cananea que el gobierno federal vendió entre 1988 y 1990 a la familia Larrea- que los dueños del Grupo México le entregaron al sindicato en 2005, después de habérsélos “jineteado” durante 15 años.

 

 

El 16 de febrero de 2006, el entonces secretario del Trabajo, Francisco Xavier Salazar, decidió destituir a Napoleón Gómez Urrutia como dirigente del sindicato minero.

 

En marzo del 2006, los abogados de Napoleón informaron que los 55 millones de dólares reclamados por los trabajadores se distribuyeron de la siguiente manera:

 

1) Con recursos depositados en Bancomer se pagaron cuatro millones 856 mil 226.42 dólares, existiendo un saldo en dicha cuenta de 179 mil 808.17 dólares.

 

2) Con recursos de HSBC se giraron cheques por ocho millones 318 mil 962.26 dólares, existiendo un saldo de mil 941.26 dólares.

 

3) Con recursos depositados en Scotiabank se pagaron ocho millones 826 mil 226.42 dólares, existiendo un saldo de 134 mil 677.67 dólares.

 

4) En cuentas bancarias en pesos, al día de hoy (marzo del 2006) hay 25 millones 706 mil 630.47, lo que equivale a dos millones 425 mil 153 dólares.

 

5) En cuentas diversas existen 10 millones 198 mil 869.64 dólares.

 

6) En cuentas de inversiones en diversos instrumentos financieros hay 12 millones 816 mil 103 dólares.

 

7) Para resarcir al sindicato de gastos en litigios durante más de 15 años se han destinado siete millones 242 mil 31.34 dólares.