Un joven hispano residente de Estados Unidos decidió modificar su nombre tras una larga lista de rechazos laborales que sufría tan sólo por llamarse José.
Sostenía una rutina: durante meses envió sus datos curriculares a diferentes empresas sin conseguir éxito alguno. Cada mañana realizaba búsquedas en internet y aplicaba para los trabajos a los cuales era capaz en base a su experiencia, pero nunca recibió una respuesta.
José Zamora, cansado de la situación, decidió enviar el mismo curriculum a las mismas empresas sólo que con una pequeña modificación; a partir de ese momento dejaría de ser José para convertirse en “Joe”.
Los mismos datos, la misma experiencia; pero el simple hecho de ocultar esa letra dentro de su nombre fue el causante de que Zamora por fin recibiera respuesta, una semana después del cambio, por parte de los casi 100 curriculums que enviaba por día.
“La vacante está abierta, nos gustaría contar contigo, regresanos la llamada” fueron los mails que saturaron al nuevo José.
El caso de Zamora fue expuesto por Buzzfeed, una compañía neoyorquina de noticias en línea. “A veces ni siquiera la gente no está consciente o no tiene noción de que, aun solo por el nombre, la juzgan, pero creo que lo hacemos todo el tiempo” aseveró Zamora.