El proyecto de construcción del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México está pensado para soportar una tormenta de ocho días continuos, aseguró el director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), David Korenfeld, ya que el proyecto pone en práctica acciones que evitan que la terminal, sus zonas aledañas y la propia ciudad se inunden.
El funcionario federal señaló que todas las obras que presentaron este viernes están planeadas en el marco de proteger a toda una región y no sólo al aeropuerto internacional que se construirá el oriente de la Ciudad de México.
Y agregó que todos estos proyectos, tienen historia y su origen data de 1994 cuando se empezó a hacer un plan para construir un nuevo aeródromo en la capital del país ante la saturación del actual. Proyecto que posteriormente se detuvo, dijo. Y hoy, agregó, se actualizan y adecuan a los requerimientos actuales.
Explicó que las obras hidráulicas previstas en la zona proyectan la operación de nueve cuerpos de regulación, para un total de 38 millones de metros cúbicos de agua, pues en la actualidad sólo hay capacidad para 13 millones.
En la actualidad hay tres zonas inundables, agregó, con una extensión de mil 700 hectáreas de aguas negras y pluviales, y con estas nuevas obras y los sistemas de regulación se mantendrán espejos de agua alimentados con aguas tratadas, para evitar escurrimientos de agua residual a cielo abierto, en una extensión total de dos mil 700 hectáreas, expuso.
“Quiero ser muy claro y muy puntual; en este momento tenemos mil 700 hectáreas que regulan alguna cantidad de agua en esa región del Lago de Texcoco, mil 700 hectáreas que aparte de regularla intermitentemente, solo en temporada de lluvias, una parte es artificial y otra parte son los escurrimientos de los ríos del Oriente”, sostuvo.
Una de las preocupaciones que el titular de Conagua he escuchado es esa y aclaró que con el nuevo proyecto se pasará de mil 700 hectáreas a dos mil 700 hectáreas, es decir se incrementó en mil hectáreas la capacidad de regulación de la región, lo que que permitirá a la zona afrontar una lluvia extraordinaria, con elementos más claros de calidad de agua.
Korenfeld agregó dijo que para atender una lluvia importante en esa área hoy “contamos con 13 millones de metros cúbicos de almacenamiento de agua posibles, no podemos guardar un metro más”.
Las cuales se dividen en cinco millones en la laguna artificial de Casa Colorada, infraestructura que se construyó para enviar el agua hacia alguna parte del vaso de Texcoco y por otro lado, hay escurrimientos de nueve ríos que van a Jalapango y Texcoco Norte.
“Y tenemos actualmente dos lagunas que opera el Distrito Federal, que son Regulación horaria y Churubusco que tienen una capacidad limitada porque están con gran cantidad de azolve y tenemos que hacer una ampliación”, dijo en entrevista radial con Denise Mareker en Radio Fórmula.
En la primera etapa, señaló, se pretenden ampliar las dos lagunas para tener mayor capacidad de alojo de agua. Se debe elevar la conducción con la construcción de 39 kilómetros de nuevos túneles de drenaje profundo en la zona. “Entre más capacidad de regulación y más capacidad de conducción hay menos posibilidad de que el agua se pueda trasladar a otro lugar”.
Esa obra va a garantizar que áreas queden a cielo abierto como la de Chimalhuacán y el Dren General del Valle y en otras que puedan construirse drenajes muy subterráneos que no se afecten con hundimientos y puedan trasladar gran cantidad de agua una vez que se necesite vaciar estos nuevos cuerpos.
Además se plantea construir cinco cuerpos de nuevas lagunas de regulación, en este sentido refirió que el lago Nabor Carrillo tiene funciones de regulación, es decir de tratar agua y mandarla pero actualmente no puede regular y se pretende que incremente su capacidad para ello. NS
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