CONAKRY | MONROVIA. Médicos sin Fronteras cerró en mayo uno de sus centros de tratamiento de ébola en Guinea debido a que consideraron que el virus había sido contenido en ese país.

 

En la región de Macenta, fronteriza con Liberia, -uno de los primeros sitios donde estalló el brote-, no se habían visto casos nuevos en semanas y por ello la organización humanitaria empacó.

 

Aún cuando el brote parecía también bajar en otros sitios, se produjeron nuevos casos en Liberia y después el virus se propagó por Africa Occidental. Ahora, meses después, Macenta vuelve a estar en peligro.

 

El resurgimiento de la enfermedad en un sitio donde los médicos pensaron que había desaparecido indica cómo el brote está en descontrol.

 

Empezó cuando muchas personas se iban de Liberia a Guinea en busca de mejor atención o para reunirse con familiares. “Actualmente en Guinea, todos los casos nuevos están vinculados con gente que regresa de Liberia o Sierra Leona”, dijo Marc Poncin, coordinador de emergencia de Médicos sin Fronteras en Guinea.

 

Faltarán camas para infectados

 

Estados Unidos y Gran Bretaña planean enviar soldados a África Occidental para ayudar a contener el brote de ébola, mientras la Organización Mundial de la Salud advirtió que se esperan miles de nuevas infecciones en Liberia para las próximas semanas.

 

El organismo internacional señaló que lo nuevos casos de personas infectadas “está aumentando de forma exponencial” en Liberia y alertan sobre la falta de camas disponibles en los hospitales.

 

El actual brote es el más grande que se haya registrado. Se propagó de Guinea a Sierra Leona, Liberia, Nigeria y Senegal, y ha  cobrado más de dos mil vidas.

 

Tan pronto como se abre un nuevo centro para atender a enfermos de ébola, inmediatamente se llena a rebosar de pacientes, lo que indica una enorme carga de trabajo que previamente era invisible”,  precisó la agencia de salud de Naciones Unidas, en un comunicado sobre la situación en Liberia. NS