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Al ejecutar una pieza musical, lo primero que pasa por la cabeza del director de origen ruso Vladimir Ashkenazy es hacer justicia a una de las expresiones más grandes de la creación humana, que es este arte.

 

Así lo afirmó en conferencia de prensa el aclamado conductor y pianista, director invitado de la Philharmonia Orchestra de Londres, quien añadió que, por lo tanto, su interés es transmitir esa idea a los músicos bajo su batuta, con la esperanza de que ésta sea recibida.

 

Ashkenazy se encuentra en México para el concierto que ofrecerá el 9 de septiembre la orquesta bajo su batuta en el escenario del Auditorio Nacional. Acompañado por la violinista estadounidense Esther Yoo y los directores del Centro Nacional de las Artes, Ricardo Calderón, y del Auditorio Nacional, Gerardo Estrada, entre otros, Ashkenazy consideró que, aunque podría estar equivocado, la humanidad se encuentra en el límite de la era de lo que se hace llamar buena música.

 

Explicó que si la buena música, seria, de concierto o clásica empezó aproximadamente en el siglo X u XI, en la actualidad se está en el horizonte de como la conocemos, pues después ya no será lo mismo.

 

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