BUENOS AIRES. El gobierno argentino defendió sus políticas para estimular la venta de automóviles y acusó a las empresas automotrices de realizar “acciones especulativas” para crear la sensación de crisis en el sector y proseguir con las suspensiones y despido de trabajadores.

 

 
“La situación que está atravesando el sector automotriz respecto al nivel de suspensiones, la incertidumbre que, a partir de las noticias repetitivas del nivel de suspensiones, de potenciales despidos, es pura y exclusivamente, en parte, por algunas acciones especulativas”, sostuvo la ministra de Industria, Débora Giorgi, en declaraciones a la emisora FM Vorterix.

 

En el mismo sentido, el ministro de Economía, Axel Kicillof, aseguró que la cifra de ventas de automóviles en este 2014 “no es un número de crisis sino todo lo contrario” y defendió que las comparaciones con 2013 son complicadas porque hay que tener en cuenta que fue un año “absolutamente récord”.

 

“Las casas matrices han ganado tanto en la Argentina que no quiero pensar que esto sea un mecanismo extorsivo de decir ‘suspendo a los trabajadores para que me den las divisas que quiero’. No quiero pensarlo así, pero como son empresas internacionales de países con muchos problemas, porque Italia y Francia han experimentado fuertes dificultades”, apuntó Kicillof a Radio del Plata.

 

 

El ministro de Economía cree que las casas matrices de las automotrices presionan por los dólares que pueden girar sus sucursales de distintos países, entre ellos la Argentina, porque las economías de origen están golpeadas por la crisis europea.

 

Sin embargo, el ministro reconoció problemas derivados de la “fuerte” caída de la demanda de Brasil, país del que dependen un 86% de las exportaciones automotrices argentinas.

 

“No se puede, utilizando la excusa de una supuesta restricción en materia de divisas, generar un ambiente de incertidumbre, es una excusa”, incidió también el jefe del Gabinete de gobierno, Jorge Capitanich, durante su rueda de prensa diaria.

 

“Es absolutamente injustificado el tema de las suspensiones”, dijo Capitanich, al agregar que “muchos trabajadores, a través de las redes sociales, han informado que se intensifican cinco días de jornada intensa de trabajo para propiciar tres días de suspensión”.

 

Las declaraciones de los funcionarios llegan tras la reunión que mantuvieron este lunes con las principales empresas automotrices, encabezada por la presidenta argentina, Cristina Fernández, para analizar la situación del sector, afectado por la suspensión de la producción y despidos en varias plantas industriales argentinas.

 

Fernández anunció a las empresas automovilísticas la extensión hasta final de año del programa de créditos gubernamentales (el plan Pro.Cre.Auto, iniciado en junio pasado) para adquirir vehículos y lo consideró un éxito, pese a las estrategias de los concesionarios para desincentivar a los clientes, tales como añadir costos o alegar falta de los modelos financiados.

 

Además, el gobierno criticó una encuesta de la empresa Fiat, enviada presuntamente para boicotear la adhesión al programa de créditos, que la presidenta difundió a través de su cuenta en la red social Facebook.

 

Está previsto que el gobierno argentino mantenga una nueva reunión con las empresas automotrices este miércoles.

 

El sector se ve afectado por una caída de las exportaciones a Brasil y una menor demanda en el mercado doméstico, lo que ha llevado a las terminales a suspender a cerca de 10 mil trabajadores.