Marcelo Ebrard denunció una ofensiva política en su contra, desplegada desde el Gobierno del Distrito Federal coaligado con el gobierno federal, con la que desde hace seis meses han difamado y calumniado su imagen por las irregularidades y fallas en la Línea 12 del Metro.
En consecuencia, el perredista desafió a un debate público a su ex colaborador y ahora jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, para poner sobre la mesa documentos y las “intencionalidades políticas” de este caso.
“Yo le invitaría, respetuosamente por supuesto, a que tengamos un encuentro público para que a la ciudadanía le quede claro cuáles son las responsabilidades del de la voz”, sostuvo Ebrard.
En marzo pasado, 11 de las 20 estaciones de la Línea Dorada fueron cerradas por deficiencias. A seis meses, la Contraloría del DF dio a conocer las auditorías e investigaciones, donde resultaron implicadas 33 personas en el uso de documentos apócrifos, actos de corrupción y desvío de recursos.
No obstante, el ex jefe de Gobierno capitalino negó que haya responsabilidades por las fallas en la L-12 -que se construyó durante su administración-, pues en julio de 2013 el actual gobierno firmó el acta de recepción definitiva, en la que quedó asentado un funcionamiento normal.
A pesar de que Ebrard no ha sido señalado por ninguna autoridad ni llamado a declarar por implicaciones, ayer salió a defenderse en un mensaje que duró apenas 10 minutos en un conocido hotel de la Ciudad de México, donde se negó a responder cualquier cuestionamiento de la prensa.
“Le reitero, aquí estamos a toda la disposición, no he sido llamado por autoridad alguna, hasta esta fecha, no estoy sujeto a ningún procedimiento pero tengo una responsabilidad pública con la ciudad, con las gentes que me quieren, con las que no me quieren y, en general, con todos los ciudadanos”, expresó.
“Le hago un planteamiento al jefe de Gobierno, si hay alguna imputación que hacerme por corrupción, que la haga, pues tal vez que o aclare ahora que es su informe de gobierno y que se actué conforme a derecho, independientemente de que lo considere mi ex compañero de trabajo o independientemente de consideraciones políticas, porque como saben en la contienda por el PRD estamos en bandos contrarios”, agregó Ebrard.
Trayectoria limpia
Ebrard rechazó que durante sus 30 años como servidor público haya incurrido en actos de corrupción y que los casi 500 millones de pesos que señalan las auditorias, como desvío de recursos, ya están recurridos en términos legales para que sean reasignados.
Finalmente, el perredista recordó uno de los discursos de Mancera cuando era procurador de justicia –en la administración de Ebrard- que decía que los instrumentos de la justicia son para hacer justicia, no para hacer política; “es decir, que se aplique la ley y haya justicia, que no haya impunidad, pero que tampoco se usen los instrumentos para desprestigiar o destruir, nada más”.