La producción del videojuego Destiny alcanzó los 492 millones de dólares, con lo que alcanza la punta como el producto cultural más caro de la historia de la humanidad, por arriba de la película Piratas del Caribe 3, que costó 294 millones.

Los creadores de Destiny, Jonty Barnes y Derek Carroll, aparte de una producción visual de gráficos detallados que rozan con el arte, apostaron por Tyrion Lannister, el famoso actor de Games of Thrones, quien dentro del videojuego encarnara a Fantasma, una suerte de Virgilio que acompaña al jugador.

 

Además, el legendario sir Paul McCartney cantará el tema principal, que a su vez será el próximo single del ex beatle.

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Barnes tiene claro que ante el avance de la tecnología, la industria de los videojuegos tiene que apostar por ser cada vez mejor.

“Es curioso, ahora todas las artes competimos por el tiempo de la gente. Con todo el ocio que hay para móviles, tabletas, consolas… yo no recuerdo la última vez que he estado aburrido. Así que con Destiny queremos crear algo más que un juego. Queremos crear un hobby”, dice el director de producción en una entrevista para medios españoles.

Destiny se aloja en el subgénero de ciencia ficción llamado Space opera, de aventuras románticas donde igualmente caben los Guardianes de la galaxia y la próxima entrega de Star Wars bajo la tutela de Disney.

La industria más rentable

El negocio de los videojuegos vive su mejor momento, es la industria líder del entretenimiento, con 90 mil millones de dólares en ganancias, que duplica a las del séptimo arte, la segunda más rentable.

Dos ejemplos: Grand Theft Auto V vendió en tres días lo que toda la industria musical en un día.

Destiny, lanzado a la venta la semana pasada para Play Station 4 y Xbox One, se convirtió en el juego con más preventas.