A casi dos años de dejar el cargo como Presidente de México, Felipe Calderón reconoció que existieron abusos por parte de las instituciones de seguridad en la ofensiva contra el narcotráfico, misma que dejó, extraoficialmente, una cifra de más de 70 mil muertes.
“Es cierto, las operaciones federales se multiplicaron y lamentablemente hubo abusos, sin embargo estos fueron la excepción y no la regla y en todos los casos en que el gobierno tuvo conocimiento se actuó conforme a derecho para llevar a la justicia a los responsables”, declaró en una entrevista al diario español El País.
A pesar de ello, defendió la estrategia de su sexenio (2006-2012) contra el crimen organizado en gran parte del país, pues de lo contrario, dijo, el crimen organizado hubiera capturado amplios segmentos de la vida pública de México, a nivel municipal, estatal y federal. “Se habría generado una captura del Estado, no hubiera sido total, porque el país tiene una vida pública y democrática suficientemente fuerte, pero cuando actuamos ya apenas quedaba tiempo”.
El ex mandatario mexicano detalló que durante su administración recurrió a la coordinación de los gobiernos estatales, pero no encontró voluntad política de ellos.
Asimismo, resaltó que cuando llegó a la Presidencia de la República en 2012, se encontró con que una buena parte de agencias de seguridad y de justicia, ministerios públicos, policías y jueces, en muchos casos, estaban erosionados por la corrupción.
“El cumplimiento de la ley implica riesgos que no todos los gobernantes quieren asumir. Y el tercero radica en que la comisión de delitos es abrumadora respecto a la capacidad institucional del Estado. Llega un momento, en determinadas ciudades, en que es tal el número de delitos, y tan pequeña y frágil la autoridad, que esta no tiene la capacidad operativa ni técnica ni económica para hacerlos frente”, sostuvo.
Finalmente, aplaudió a la dirigencia nacional del PAN, en manos de Gustavo Madero, por adoptar una estrategia de cooperación constructiva con el gobierno federal y el PRI.
“No cabe duda de que hay una notable voluntad y capacidad política en el Gobierno, pero, sin duda, el verdadero y más notable cambio en México ha sido la disposición de la oposición para hacer los cambios estructurales que fueron regateados a los dos gobiernos anteriores”, apuntó.