SAN JOSÉ DEL CABO. La policía mexicana redobló sus patrullas durante la noche en la zona turística de Los Cabos, donde los saqueadores vaciaron muchos comercios y decenas de miles se enfrentaban el jueves a un cuarto día sin agua ni electricidad, tras el paso del huracán Odile.
Las autoridades señalaron a través de la radio local que los agentes detendrían e interrogarían a cualquier al que encontrasen en la calle tras el anochecer del miércoles para asegurarse de que tenían motivos legítimos para estar fuera a esa hora. El gobierno evitó describir la medida como un toque de queda.
Así, las autoridades esperaban calmar las preocupaciones de seguridad después de días de saqueos en toda clase de comercios, de tiendas de alimentación a grandes cadenas internacionales. Algunos vecinos temían que las viviendas privadas fueran las siguientes.
“Hay gente corriendo por las calles con carritos de supermercado, y puedes ver la desesperación”, comentó por teléfono Madelynn Pase, una canadiense de 23 años que vive en Los Cabos. “Los supermercados están todos vacíos, así que irán por la siguiente mejor opción“.
Pase dijo que algunas personas caminaban por la noche apuntando luces a las ventanas de las viviendas, incluyendo la de ella, y que temía que se tratara de posibles ladrones buscando objetivos. Case había pasado las dos últimas noches durmiendo en el suelo para que su casa pareciera abandonada, y por tanto sin comida en el interior.
Tras golpear la península mexicana de Baja California y otras zonas del norte del país en los últimos días, lo que queda de Odile puso rumbo hacia el suroeste de Estados Unidos.
El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos dijo que algunas zonas de Arizona y México podrían recibir entre 6 y 9 pulgadas (de 15 a 23 centímetros) de lluvia y advirtió de posibles inundaciones. Se esperaba que la zona de Tucson se llevase lo peor de la tormenta, aunque Phoenix también podría sufrir lluvias y fuertes vientos.
Huracán Polo, la siguiente amenaza
Desde el sur, el huracán Polo se fortalecía en la costa pacífica de México y se dirigía hacia Los Cabos, se pronostica que no tocará tierra.
La oficina del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, dijo que el gobierno federal junto con las autoridades estatales buscaba entregar ayuda a las zonas afectadas, lo que incluye restablecer los servicios de electricidad y agua potable a unas 239 mil personas que seguirán sin servicios al menos cuatro días.
La presidencia estimó que el 95% del suministro eléctrico se reanudaría en los próximos días.
En Los Cabos, la gente trataba el miércoles de hacerse de agua o papel higiénico en los supermercados afectados. Otros también cargaban camionetas con cosas como electrodomésticos, colchones y muebles de jardín.
Se veían largas filas en las tortillerías y los lugares en los que se vende hielo. La gente trataba de proteger del calor los suministros que les quedaban. En las pocas gasolineras abiertas se observaban también largas colas, con límites de 150 pesos (unos 11 dólares) de combustible por persona, unos 12 litros (tres galones).
En un hotel cerca del aeropuerto de Los Cabos, los huéspedes llenaban cubos con el agua de la piscina para poder utilizar el baño.
La secretaría de Turismo dijo en su cuenta de Twitter que al menos cinco mil de los 30 mil turistas que se calcula se encontraban el domingo en Baja California han sido evacuados de la zona para el miércoles por la tarde.
Además, aviones del gobierno volaban a la zona con agua y otros suministros.
Por su parte, Polo se encontraba 265 kilómetros (165 millas) al sur de Manzanillo, México, con vientos sostenidos de hasta 120 kilómetros por hora (75 millas por hora). La tormenta avanza hacia el oeste noroeste a 13 kph (8 mph).
En el Atlántico central, el Huracán de categoría 1 Edouard podría provocar olas y marejadas al norte de la Costa Este de Florida y Canadá, aunque se espera que se quede lejos del continente. DM
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