Las propuestas para aumentar salarios mínimos, como lo hizo Brasil y Uruguay, son inviables porque provocarán una inestabilidad en los ingresos de los trabajadores y un aumento de la inflación, advirtió la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex).

 

“Debemos partir de diagnósticos realistas, sin pensar simplemente en replicar mecanismos que han sido aplicados para aumentar los salarios mínimos en otros países, bajo la premisa de que al ajustarlos, se equilibrarán los ingresos y se reducirá la desigualdad en el país”, aseguró Juan Pablo Castañón, presidente de la Coparmex.

 

En algunos de estos países, como Brasil, el resultado final ha sido negativo para los trabajadores y la economía general del país, repercutiendo en el resto de los salarios y en el empleo, explicó el empresario.

 

“No se puede pensar que las políticas de incremento de salarios mínimos que se han implementado en esos países podrían ser factibles en México, sin que se afecten la productividad y los contratos colectivos de las industrias que han venido avanzando en los ingresos de trabajadores formales de más de dos o tres salarios mínimos en promedio”, señaló el representante patronal.

 

Según el líder empresarial, en México se debe buscar una solución propia.

 

“La clave es que además de desvincular el salario mínimo como unidad de cuenta y de disposiciones normativas, también logremos que se vaya recuperando, particularmente en la informalidad, porque es ahí donde se han precarizado los ingresos de los trabajadores”, precisó Castañón.

 

“En la informalidad no hay reglas, no hay horarios, no hay salarios base, no hay compromiso ni seguridad de que un aumento a las percepciones se va a seguir en esa parte de la economía”, sostuvo el presidente de la Confederación.

 

Una política que busque subir el salario mínimo sin una estrategia clara para abatir la informalidad, nunca será una solución integral, recordó.

 

“Al contrario, por la propia naturaleza del sector informal, en el que es casi imposible cualquier tipo de fiscalización, un aumento en el salario mínimo corre el riesgo de no tener efectos en ese rubro pero sí introducir distorsiones importantes en otros sectores”, concluyó.