Después de la decepcionante presentación que hizo hace un par de meses el coordinador de Asesores y de Planeación Estratégica de la Sagarpa, René Villarreal, sobre lo que debería incluir la reforma al campo, el presidente Enrique Peña Nieto, parece haber tomado la decisión de no enviar ninguna iniciativa al Congreso.
¿De qué sirvieron entonces las “mesas de análisis”, “foros agroalimentarios”, “diagnósticos sectoriales” y otros eventos que durante un año organizó el equipo del secretario de Agricultura, conformado por el mismo Villarreal, Casio Luisselli, Jaime de la Mora y otros “especialistas en la materia”? ¡Pues de nada! ¿Y ahora qué les van a decir a las organizaciones de productores agropecuarios y pesqueros a las que convocaron en diferentes estados de la República para que presentaran sus proyectos, sugerencias, ideotas… sobre lo que hay qué hacer para que el campo mexicano sea productivo, competitivo, sustentable? Pues lo mismo: nada.
En el Acuerdo Marco para la Reforma al Campo, que elaboraron los susodichos, funcionarios y ex funcionarios apuntaban como premisas básicas que se promovería un “cambio paradigmático” al pasar de una visión solo sectorial a otra territorial. Por lo que, sugerían, el presupuesto se deberá reorientar para apoyar la economía campesina del pequeño y mediano productor. Proponían fortalecer las cadenas productivas agropecuarias y pesqueras y darles valor agregado. Es fundamental buscar la equidad, promover las libertades democráticas, fortalecer los derechos humanos, así como los derechos campesinos y de los pueblos indígenas, apuntaban.
Recomendaban que las políticas públicas surgidas de los tres niveles de gobierno tomaran en cuenta que la economía mexicana está inserta en la globalización y por lo tanto se ve afectada por lo que ocurre en el mercado agroalimentario internacional. Dichas políticas y los programas deberán transitar del modelo agroalimentario asistencialista al de incentivos a la productividad.
Y remataban diciendo que la orientación de las políticas públicas debe permitir que el Gobierno Federal retome la capacidad de conducir el cambio con rumbo y certidumbre, sin desatender las señales del mercado que demanda productos de calidad y competitivos. Es decir, lograr un equilibrio entre Estado y mercado.
¡Vaya que se quebraron la cabeza quienes redactaron el Acuerdo Marco para la Reforma al Campo! Exclaman los agroyuppies. Y ya no nos referimos a las acciones para el mencionado cambio, porque son de pena ajena.
Bueno, hay que reconocer que quien adelantó desde hace varios meses que no iba a haber reforma alguna fue el mismísimo secretario de Agricultura, Enrique Martínez y Martínez, quien dijo: “El Presidente de la República nos instruyó para hacer esta sinergia para la transformación del campo. Yo prefiero llamarle así, porque ya de tantas reformas y reformas, ya la gente está cansada de las reformas”.
AGENDA PREVIA
Una breve reflexión de los observadores, a propósito del “destape” para una diputación, anunciado desde hace varios años de la esposa del ex presidente Calderón, y confirmado ayer por ella misma:
Si el PAN decide regalarle una curul en la próxima Cámara de Diputados a Margarita Zavala Gómez del Campo (regalarle, porque seguramente será una curul plurinominal), y al mismo tiempo hace un obsequio similar a doña Josefina Vázquez Mota, seremos espectadores de un espectáculo picante. En el caso de que ambas damitas coincidan en San Lázaro, habrá que ver las maromas que tendrá que dar el presidente del partido, Gustavo Madero, para impedir que las futuras diputadas federales se agarren del chongo en plena tribuna. Aunque las dos son formalmente panistas, Pina –como le dice Felipe-es anticalderonista furibunda, y Margarita es -por lo menos hasta que se demuestre lo contrario- calderonista de hueso colorado.
¿Estará preparado el PAN para aguantar una bronca interna de tales dimensiones, que sería -sin ánimo de exagerar- una cuasi guerra civil de cofradías?
EL Dr. Marco Antonio Navarrete Prida fue designado nuevo Director de los Servicios Médicos de la nueva empresa productiva del Estado llamada Pemex. Rápidamente instrumentó la “Operación Limpieza”.
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