Haciendo guardia desde el segundo piso de mi casa, calles en tinieblas, cientos de luces de lámparas de vecinos alumbran de un lado a otro en busca del “enemigo”, reportó Juan Antonio Carbajal Figueroa, jefe en Bomberos de Cabo San Lucas, ante la ola de inseguridad que resintió la población tras la devastación que dejó el huracán Odile desde el pasado 15 de septiembre.
El vulcano sudcaliforniano utilizó su página de Facebook con un sentido social, para reportar la zozobra que los vecinos del Cabo, como él, sintieron la noche del miércoles 17 de septiembre.
En su relató señaló que si bien se distinguía un murmullo de los centinelas en guardia, comentando la tragedia que viven, agregó que pocos en el destino eran los que dormían esa noche.
Los saqueos de los últimos días ocurridos en las zonas donde el meteoro dejó sin servicios, son inconcebibles para los propios vecinos.
Incluso, Carbajal dio cuenta que ha superado la barrera social. Todas las clases sociales se han visto inmersas en estos actos de vandalismo, por los cuales el gobierno federal ha desplegado ocho mil elementos entre soldados, marinos, policías federales y gendarmes.
El jefe Juan Antonio Carbajal reportó el panorama: personas bien vestidas apoderándose de computadoras, pantallas planas y equipos de sonido. Así como otros más hurtando camionetas de lujo Mercedes Benz, Raptor, BMW, entre otras marcas. Y a quienes llama “jodidos”, peleando por una pantalla de plasma, que asegura era su oportunidad de obtener algo que “no podrían tener ni en sueños”.
Prueba de ello da cuenta de la terrible imagen de ver a los padres pasando a sus propios hijos la mercancía robada, mientras las sonrisas no cabían en sus rostros por lograr arrebatar algo.
Jóvenes bachilleres rompiendo a patadas negocios que no habían sido afectados, así como hombres en camiones utilizando equipo para cortar puertas.
Y tras afirmar “mi Cabo San Lucas ya nunca volverá a ser el mismo”, dando cuenta de que la tragedia llegó para quedarse en esa sociedad planteó una serie de cuestionamientos para las autoridades sobre que habrá en el futuro para Los Cabos.
Como el porqué no se actuó con rapidez para evitar robos y saqueos, así como qué ocurrirá con las próximas lluvias o el siguiente huracán que impacte y lo mayor es si se hará costumbre esta actitud.
Un día después, la noche del jueves 18, el vulcano se reportó camino a La Paz para recoger víveres para abastecer a la comunidad de San Lucas damnificada. E incluso convocó a familiares que quisieran enviar algo en especial a acudir a la estación de bomberos de la capital sudcaliforniana para hacer el puente entre quienes aún siguen incomunicados y sus seres queridos. NS