MOROVIA. Sierra Leona inició hoy un toque de queda que obliga a todos los ciudadanos a permanecer en sus casas durante los próximos tres días, 19, 20 y 21 de septiembre, una medida con la que el gobierno pretende contener la expansión del virus del ébola en el país, donde ya han muerto 562 personas a causa de esta enfermedad.
Durante el encierro, que comenzó hoy y que será efectivo hasta el próximo domingo, cerca de 30 mil voluntarios acudirán casa por casa para identificar a las personas enfermas, repartir 1,5 millones de pastillas de jabón e informar a los ciudadanos sobre las medidas para prevenir el ébola, explicó el Gobierno en un comunicado.
Con esta medida, las autoridades esperan poder descubrir cientos de nuevos casos, ya que muchos enfermos de ébola no han acudido a los hospitales por temor al escarnio público, algo que está dificultando enormemente las labores para contener el virus.
Por eso, el Gobierno ha preparado nuevos centros de tratamiento para poder acoger a una nueva oleada de pacientes en los próximos días.
Cuarentena no ayudará a detener el ébola: Médicos Sin Fronteras
La cuarentena de tres días en Sierra Leona, en África Occidente, no ayudará a controlar el brote de ébola e incluso podría provocar una expansión más rápida de los casos que no están siendo reportados, advirtió la organización Médicos Sin Fronteras (MSF).
“Nuestra experiencia nos dice que los confinamientos y las cuarentenas no ayudan a controlar el ébola porque terminan instando a la gente a ocultarse y ponen en riesgo la confianza entre las personas y los trabajadores de salud”, dijo el grupo.
Riesgo de protestas
Thomas Fessy, corresponsal de la BBC para África Occidental, con base en Senegal, aseguró que este es el paso más radical adoptado hasta el momento para enfrentar el ébola.
El virus se propaga entre humanos por el contacto con sangre, fluidos corporales u órganos infectados. Fessy advirtió que su aplicación forzosa podría desencadenar manifestaciones violentas.
Algunos pueblos cerca de la frontera con Guinea ya han sido puestos en cuarentena. Y el mes pasado Liberia selló un gran barrio de bajos recursos por más de una semana en la capital, Monrovia, para intentar contener la propagación del virus.
Aunque este toque de queda ha sido criticado por algunas organizaciones internacionales y algunos ciudadanos, hasta el momento no se ha registrado ningún incidente.
“El sacrificio valdrá la pena”
“Nos quedaremos dentro de casa los próximos tres días para que los trabajadores de atención de salud intenten controlar el virus que sigue matando a personas”, afirmó a Efe Tony Mensah, un ghanés que vive desde hace 30 años en Freetown, la capital de Sierra Leona.
En palabras de Mensah, “es una tarea difícil (quedarse encerrado en casa), pero si esto ayuda a derrotar al virus, el sacrificio valdrá la pena”.
“Si somos capaces de controlar el riesgo de transmisión del virus, su capacidad de arrebatar más vidas será destruida y más gente podrá sobrevivir”, señaló a Efe Miatta Bangura, residente de la localidad de Kenema, en el este del país.
No obstante, otros residentes criticaron esta medida que consideran que “no hará otra cosa que exacerbar una situación ya precaria”.
“¿Cómo vamos a conseguir poner comida sobre la mesa para nuestras familias durante estos tres días?”, lamentó un vecino de Freetown, donde en los últimos días los residentes se han estado aprovisionando de alimentos para poder afrontar el toque de queda. (Con información de EFE)
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