Corrían tiempos en el futbol mexicano en que meterse a la casa del águila o de la chiva sonaba temible, visitar a La Máquina lo mismo que ser atacado por un desarmador y ni hablar de la cueva del puma, donde no había tregua, sobre todo por el horario de las 12 del día. Tiempos aquellos en que la casa del equipo grande era prácticamente infranqueable. Y si por ahí, se salía de alguno de estos recintos con puntos, era porque se había sudado cercano a la sangre.

 

Tiempos lejanos, porque hoy los equipos llamados grandes del futbol mexicano la verdad es que ya no espantan a nadie cuando juegan en casa. Lo mismo para los capitalinos, que para el “gigante” de Jalisco.

 

Y es que ni América, Chivas, Cruz Azul y menos Pumas se comportan como fieras que defienden a muerte su territorio en la Liga. Al menos así ha sido en el Apertura 2014, torneo en que prácticamente cualquier rival les pinta la cara, igual si marcha entre los primeros lugares, que entre los coleros de la tabla.

 

Los números no mienten. Señalan que a nadie asusta jugar en el Estadio Azteca, el Omnilife de Guadalajara, el Azul de la colonia Nochebuena en el DF y, sobre todo, el Olímpico de Ciudad Universitaria, donde amarillos, rojiblancos, azules y auriazules han jugado en calidad de local 16 partidos, y sólo han podido salir con los brazos en alto en cinco oportunidades. Sí, menos de una tercera parte de los cotejos disputados bajo el cobijo de su gente y a cambio han caído en otras seis ocasiones.

 

No por nada en la tabla de los mejores locales del certamen ninguno de los cuatro equipos “más grandes” del futbol mexicano aparece entre los primeros cinco escalones.

 

Hasta el momento América es el que menos mal lo ha hecho con dos triunfos y un descalabro en casa, aunque hay que decir que ese par de triunfos los sacó resoplando de último minuto en las visitas de Xolos y Morelia.

 

La situación se agudiza a partir de Cruz Azul, que en su estadio tiene dos triunfos, un empate y dos tropiezos y sólo cuatro goles a favor por los mismos en contra. Peor resulta ver los números de Chivas, que en su crisis, en los últimos lugares de la porcentual apenas tiene una victoria en cuatro partidos, dos empates y un descalabro.

 

Aunque ninguno padece tanto en su terruño como Pumas que de plano, en cuatro presentaciones ante la grada felina no sabe lo que es ganar un partido y sólo suma dos empates y dos embarradas de fango. De hecho los universitarios no dan una alegría en CU a su gente desde el 20 de abril, en la penúltima fecha del torneo anterior cuando vencieron a Chivas 1-0.

 

Números fríos, números de los supuestos grandes grandes del futbol mexicano, donde igual en el Azteca, el Omnilife, el Azul o CU; América, Chivas, Pumas o Cruz Azul,  cuatro tristes llamados grandes que hoy, en casa, no espantan a nadie.