BAMAKO. Las investigaciones sobre el accidente aéreo del avión de la compañía argelina Air Algerie, que se estrelló el pasado 24 de julio en Mali con 116 personas a bordo, siguen sin poder aclarar las causas del siniestro, indicó este sábado el organismo francés de Investigación de Accidentes (BEA).
“Hasta ahora, no hay ninguna hipótesis destacada”, declaró Bernard Budeil, un responsable del BEA durante una rueda de prensa celebrada en la capital de Mali.
El avión de la compañía española Swiftair, fletado por Air Algerie y que cubría el vuelo entre Uagadugu (Burkina Faso) y Argel, se estrelló en el norte de Mali, 50 minutos después de su despegue con 116 pasajeros a bordo de quince países.
Según datos de la Interpol, en el aparato viajaban seis españoles (los seis integrantes de la tripulación) y pasajeros de Francia, Argelia, Bélgica, Burkina Faso, Camerún, Canadá, Egipto, Alemania, Líbano, Luxemburgo, Mali, Nigeria, Suiza y Ucrania.
Según Budeil “el registrador de conversaciones no funcionaba normalmente lo que no ha permitido comprender los intercambios de la tripulación”.
En cuanto a la caja negra que registraba los datos del vuelo AH 5017, Budeil indicó que el aparato sufrió “una caída importante” tras una desaceleración de sus motores, cuando se encontraba a altitud de crucero.
El aparato despegó de Uagadugu a las 01.15, hora local y a las 01.39, dos minutos después de alcanzar la velocidad de crucero, comenzó a disminuir su velocidad y altitud de forma progresiva hasta que se perdió el contacto con él, a las 01.47, cuando volaba a 740 kilómetros por hora.
El experto explicó que los sistemas de pilotaje automático del avión habían sido “desconectados”, pero agregó que se desconoce si “eso fue consecuencia de un automatismo del avión o de una maniobra voluntaria o involuntaria de la tripulación”.
El BEA que fue encargado por las autoridades malienses de realizar la investigación técnica, declaró el pasado 7 de agosto que un fallo en la caja negra que graba las conversaciones entre los pilotos había complicado las pesquisas para conocer las causas del accidente.
Ya entonces el BEA señaló que no había una hipótesis prioritaria, y apuntó que nada hacía pensar que el avión se hubiera desintegrado en pleno vuelo, sino que se creía que había impactado contra el suelo, lo que explica que los restos estuvieran pulverizados y concentrados en una zona reducida de unas 9 hectáreas.
Tres grupos de trabajo están al frente de las investigaciones: uno encargado de reproducir el recorrido, otro centrado en el desarrollo del vuelo, y un tercero fijado en la colecta de informaciones de control aéreo, datos meteorológicos y otros previos al despegue.
MG