WASHINGTON. La liberación de los 46 turcos que estaban en manos del grupo yihadista Estado Islámico (EI) y la huida a Turquía de decenas de miles de sirios kurdos que escapan de su avance dibujan un nuevo escenario que eleva la presión para que Ankara decida si actúa o no contra los islamistas radicales.

 

Al respecto, el secretario de Estado norteamericano, John Kerry dijo que Estados Unidos espera que Turquía intensifique la lucha contra el grupo Estado Islámico de Irak y El Levante.

 

Los rehenes —46 turcos y tres iraquíes— fueron puestos en libertad en Turquía el sábado, después de más de tres meses en manos de Estado Islámico, que los capturó cuando tomaron en junio la ciudad iraquí de Mosul.

 

Turquía, un aliado de Estados Unidos y miembro de la alianza militar de la OTAN, se ha comprometido en diversas conferencias regionales a ayudar en la lucha contra EIIL, pero la ayuda se ha limitado hasta ahora porque “primero tenían que hacer frente a su crisis de rehenes”, dijo Kerry en una aparición en la cadena estadounidense MSNBC.

 

No está claro cómo fue que Turquía negoció la liberación de los 49 rehenes y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se ha negado a revelar los detalles. También ha reconocido que su país no podía sumarse a la alianza mientras la vida de sus ciudadanos corriera peligro y ha explicado que ahora se abren otras opciones.

 

“Dijimos que, dentro de ese marco, sólo podíamos dar apoyo logístico y asistencia humanitaria. Lo que vamos a hacer ahora es ya un asunto distinto”, aseguró este domingo Erdogan antes de partir hacia Nueva York, donde participará en la Asamblea General de la ONU.

 

“Ahora Turquía enfrentará mucha más presión de Occidente. Antes que nada, tendrá que dejar muy clara su posición ideológica hacia el EI”, explicó Murat Yetkin, redactor jefe y analista del periódico Hurriyet Daily News.

 

“Es hora de que determinemos nuestra postura”, reconoció Erdogan, quien indicó que tras la reunión de Nueva York se tomarán decisiones al respecto.

 

Pero existe ambigüedad en la postura de Erdogan. El periódico BirGün lleva en su portada una noticia sobre un hospital clandestino en la provincia turca de Gaziantep en el que habrían recibido tratamiento hasta 700 yihadistas del EI, todo con la colaboración de las autoridades locales.

 

Ese apoyo se explicaría en la asunción por parte de Ankara de que los yihadistas son, o eran, un aliado para lograr su objetivo de que caiga el régimen del presidente sirio, Bachar al Asad.

 

Un aliado mejor que, por ejemplo, las milicias kurdas que llevan dos años enfrentándose contra los yihadistas y a las que Ankara mira con recelo por el temor a que el caos reinante en Siria tenga como consecuencia la creación de un “Kurdistán” en ese país.

 

Las conquistas del EI en los últimos días en zonas de población mayoritariamente kurda han empujado 130 mil sirios de este pueblo a huir hacia Turquía.

 

Aparte de la crisis humanitaria, Ankara sufre la presión de los kurdos de Turquía, que no están dispuestos a aceptar que no se actúe para detener la masacre de sus “hermanos” al otro lado de la frontera.

 

Cientos de jóvenes kurdos de Turquía están intentando cruzar la frontera para acudir a apoyar a las milicias que resisten en el norte de Siria la embestida de los yihadistas, pero la policía les impide el paso.

 

La guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) ha hecho un llamamiento a todos los kurdos de Irak, Irán, Siria y Turquía para que se unan a la lucha contra el EI y ha acusado al Gobierno turco de facilitar la expansión de los yihadistas.

 

Turquía, que sigue considerando al PKK en particular, y a las milicias kurdas en general, como terroristas (un término que no suele usar al hablar del EI) se opone a las voces que dentro y fuera del país abogan por entregar armas a los kurdos.

 

Taha Akyol, analista de la emisora CNNTürk, explica esa negativa en el miedo de que esas armas puedan volverse contra Turquía cuando el grupo Estado Islámico haya sido derrotado.

 

 

Terroristas matan a 40 iraquíes

 

BAGDAD. Por lo menos 40 soldados iraquíes murieron por ataques suicidas perpetrados por el grupo Estado Islámico, y otros 68 han sido capturados, reveló un comandante iraquí de la provincia de Anbar.

 

 

El teniente Rashid Fleih dijo que los soldados desaparecieron durante el asedio al poblado de Sijir el domingo y probablemente fueron llevados a Faluya. No ha habido comunicación con los desaparecidos desde entonces.

 

 

Otra fuente oficial, que pidió no ser identificada, dijo que unos 700 soldados se retiraron inmediatamente de la zona a causa del ataque. Los milicianos atacaron con bombas suicidas a las tropas iraquíes, desatando enfrentamientos, dijeron fuentes.

 

 

También se observa que los combatientes del Estado Islámico han conseguido estrechar el cerco en torno a un importante enclave kurdo en Siria, la ciudad de Kobani, en cuyos alrededores han logrado tomar más de un centenar de pueblos.

 

Los radicales han avanzado en las últimas horas y están ya a unos doce kilómetros de esta localidad, dijo el presidente del Organismo Autónomo de Defensa y Protección de Kobani, Esmat Sheij Hasan.

 

Ayer se registraron choques intensos entre el EI y las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo en áreas al este, sur y oeste de la población.

 

Dentro de Kobani, la situación es crítica, ya que escasean los alimentos y el agua, lamentó Hasan, quien hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que intervenga y evite una “masacre”.

 

Los extremistas suníes emplean tanques y armas pesadas en su ofensiva para tomar Kobani, que iniciaron el martes pasado.

 

Aun así, el vocero de las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo, Ridor Jalil, aseguró que sus combatientes han logrado detener el avance de los yihadistas por el este y que los choques se concentran ahora en la zona de Rauia.

 

Según las cifras difundidas por esta fuerza, al menos 232 miembros del EI y 32 milicianos kurdos sirios han fallecido en una semana de combates, aunque este saldo de víctimas no ha sido confirmado por ninguna otra fuente.

 

Kobani es una de las urbes de mayoría kurda más importantes en el territorio sirio y antes del ataque del EI albergaba a unos 500 mil habitantes, muchos de los cuales se han desplazado para huir de la violencia.

 

Su ubicación es estratégica ya que está en la frontera entre la provincia siria de Alepo y Turquía.

 

Según responsables kurdos sirios, unas 200 mil personas se han marchado de Kobani y los pueblos de sus alrededores, la mayoría de ellas en dirección al territorio turco.

 

 

Otro problema se le presenta a Estados Unidos, la cúpula del Ejército Libre Sirio (ELS) ha sido disuelta por no incluir a todas las facciones sobre el terreno, lo que deja en entredicho la estrategia de EU contra los yihadistas en Siria, donde pensaba apoyarse en este grupo moderado.

 

La decisión fue anunciada por el presidente de la principal alianza política opositora -la Coalición Nacional Siria (CNFROS)-, Hadi Bahra, que optó por disolver el Consejo Militar Supremo del ELS para “incluir a todas las facciones militares y formaciones revolucionarias que operan en suelo sirio”.

 

 

Un francés, el siguiente de la lista

 

 

PARÍS. El Ministerio de Exteriores de Francia confirmó la autenticidad del video en el que aparece el ciudadano francés secuestrado este domingo en la Cabilia argelina, y destacó que las amenazas lanzadas en esa grabación suponen una nueva muestra de la crueldad del yihadista Estado Islámico (EI).

 

“Las amenazas proferidas (…) reflejan de nuevo la extrema crueldad” de esa organización, indicó ese departamento en un comunicado, en el que se identificó al secuestrado como Hervé Gourdel.

 

Exteriores añadió, tal y como lo había hecho en un comunicado anterior, que “se ha puesto todo en marcha en concertación estrecha con las autoridades argelinas para obtener la liberación” de ese compatriota.

 

En la grabación en la que aparece Gourdel, difundida en foros de Internet, el grupo Yamaat Yund al Jilafa, vinculado al EI, se atribuye su secuestro y da un ultimátum de 24 horas al presidente francés, Francois Hollande, para que detenga la ofensiva de su país contra el Estado Islámico en Irak.

 

En el caso de que no lo haga, dicen, decapitarán a Gourdel, quien en el video está sentado entre dos extremistas, dice ser un guía de montaña que llegó a Argelia el pasado 20 de septiembre y estar secuestrado desde el domingo “por un grupo armado argelino”.