Negatividad, falta de apoyo, crisis; eran las palabras que predominaban en Pumas hasta el pasado 14 de agosto alrededor de las 22:00 horas en el ambiente de Universidad. Los auriazules acababan de perder en casa del León, cuarta derrota en fila de la insostenible situación que el técnico José Luis Trejo vivía en los universitarios y que terminó por echarlo.

 

Cuatro fechas, un viejo conocido felino y nueva fortuna después, los Pumas no saben lo que es perder. Cierto, en casa aún no saben lo que es ganar, pero desde la llegada de Guillermo Vázquez la suerte les cambió, a tal grado que incluso sin ser mejores que muchos de sus rivales acumulan dos triunfos y dos empates y han ascendido del lugar 16 al 10 de la tabla general.

 

Es la inercia de un técnico que fue el último que hizo campeón a los de azul y oro, y la confianza se siente en el vestidor. Partidos que antes de la jornada cinco seguro perdían por un balón al poste o de último minuto, cambió por duelos en los que, a pesar de ser dominados, ahora empezaron a salir con los tres puntos. Pasó contra América en el Azteca, en un duelo en el que fueron dominados ampliamente y al final ganaron con un disparo que fue desviado a unos minutos del final. Inyección pura de ánimo y confianza, y hasta fortuna, que se repitió apenas el viernes anterior en Morelia, en un duelo diferente, pero con la onza de su lado.

 

El cambio se siente en el interior del equipo, lo exhiben las palabras de los jugadores, renuentes a expresarse o comprometerse en la etapa de José Luis Trejo, y ahora entusiasmados, confiados a la hora de salir al campo y, claro, frente a los micrófonos ante los medios de comunicación.

 

Y para muestra lo dicho por uno de los canteranos universitarios. Josecarlos Van Rankin no quiere golpear a la gente que estuvo en el banquillo en el pasado, pero es inevitable que al hablar del presente destape lo que falló en el pasado.

 

“Hemos cambiado muchas cosas, somos más agresivos y hemos jugado más ordenados, eso es importante y se ha visto porque hemos metido más goles”, dijo ayer el chico que explicó, aunque su reiteración en no comparar era evidente, que el secreto está en el orden, que obviamente deja entrever les faltaba en el tiempo de Trejo.

 

“No hay que comparar nada, pero estamos trabajando más ordenados defensivamente y ofensivamente estás mejor. Es una forma diferente de trabajo y creo que ahora hemos sido más agresivos, nos hemos sentido mejor”.

 

Como sea, y, odiosas las comparaciones o no, la verdad es que Pumas con José Luis Trejo ganó un duelo en cinco partidos y perdió cuatro al hilo; recibió siete goles y marcó cinco. Con Memo Vázquez la moneda está del otro lado: suma dos triunfos y dos empates en cuatro juegos en los que ha marcado siete goles y ha recibido cinco. Cosas del futbol. Resulta que no eran los jugadores, no, la culpa siempre es del técnico.