KIEV. El presidente ucraniano, Petró Poroshenko, dio por superada la peor etapa de la guerra en el este del país y presentó una ambiciosa estrategia de reformas para poner a Ucrania rumbo a la Unión Europea en los próximos seis años y solicitar en 2020 el ingreso en el club de los Veintiocho.

 

 
“Las puertas de la UE están abiertas para nosotros, estoy absolutamente convencido”, dijo Poroshenko, que recordó que el Parlamento Europeo ha dejado claro que Ucrania tiene perspectivas de ingresar en la Unión.

 

Para rozar siquiera el desarrollo socioeconómico y democrático que deben tener los países aspirantes a sumarse al proyecto europeo, Ucrania, desgarrada en los últimos cuatro meses por una guerra que ha dejado miles de muertos, deberá superar “un retraso de cientos de años”, advirtió Poroshenko.

 

Pero el mandatario ucraniano se mostró convencido de que “la revolución” que derrocó en febrero al entonces presidente, Víktor Yanukóvich, y los esfuerzos del gobierno de Kiev para acercarse a la órbita de Occidente darán sus frutos, porque la “marca Ucrania”, según Poroshenko, “ya cuenta con una capitalización extraordinariamente alta”.

 

Su programa “Estrategia 2020” contiene más de 60 iniciativas que incluyen la remodelación y descentralización del Estado; la reforma del sistema judicial, de las fuerzas del orden, la seguridad y defensa; la desregulación y desarrollo del ámbito empresarial y la reforma fiscal, entre otras.

 

En su primera rueda de prensa para todos los medios nacionales, Poroshenko advirtió de que la alternativa a las reformas “es el colapso total” e incluso una nueva rebelión popular como la que vivió el país el pasado invierno, y que concluyó con un vuelco de poder en Kiev.

 

Sobre el conflicto armado en las regiones orientales de Donetsk y Lugansk, sublevadas hace cuatro meses contra el poder instalado en Kiev desde febrero, el presidente ucraniano dijo no tener “ninguna duda” de que el proceso de paz abierto a comienzos de este mes “va a funcionar y de que la parte más peligrosa de la guerra ya es pasado”.

 

“Acabamos con la tiranía, consolidamos nuestro rumbo europeo, resistimos en la lucha contra el enemigo exterior y no me cabe duda de que la paz ya no está lejos”, agregó al respecto.

 

Sin embargo, y a pesar de que el alto el fuego decretado el pasado día 5 entre las fuerzas de Kiev y los separatistas prorrusos se mantiene en general, las diferencias entre los dos bandos en algunos asuntos fundamentales parecen insalvables.

 

Así, Poroshenko advirtió de que no reconocerá ningún proceso electoral que celebren las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk a menos que se ajuste a las leyes de Ucrania.

 

Aunque el Protocolo de Minsk, rubricado por las dos partes en conflicto el día 5, contempla la celebración de comicios locales en las dos regiones orientales, Kiev y los separatistas hacen interpretaciones diametralmente opuestas de ese acuerdo.

 

El gobierno ucraniano ha adelantado que las elecciones locales en Donetsk y Lugansk se celebrarán el próximo 7 de diciembre, pero los sublevados, que se niegan a tomar parte en cualquier proceso electoral convocado por Kiev, han marcado el 2 de noviembre como la fecha para sus propios comicios.