TOKIO. Un volcán del centro de Japón hizo erupción el sábado de forma espectacular, tomando por sorpresa a escaladores y dejando por lo menos 40 heridos en zonas a las que los rescatistas no han podido llegar. Otras siete personas estaban desaparecidas.
Los heridos, incapaces de descender por su cuenta del monte Ontake, de mil 67 metros, se quedaron en refugios de montaña, informó Sohei Hanamura, un funcionario de manejo de emergencias en la prefectura de Nagano. Treinta y dos personas tenían lesiones graves, entre ellas al menos siete que perdieron el conocimiento.
Policías, bomberos y rescatistas militares estaban planeando formas de llegar a la zona a pie una vez que amanezca el domingo. Coincidieron en que la ceniza que flota en la zona volvió demasiado peligroso utilizar helicópteros.
Hanamura dijo que hay siete personas reportadas como desaparecidas en la montaña.
Los gerentes de los rústicos albergues de montaña de la zona están familiarizados con los procedimientos de primeros auxilios y se comunican con los equipos de rescate en la ciudad, agregó.
Con un ruido similar al de un trueno, el volcán hizo erupción poco antes del mediodía en un día despejado de otoño. Lanzó grandes nubes de gas y ceniza blanca al cielo, cubriendo la zona de una capa fina de polvo.
Hubo erupciones menos intensas durante la noche. Inicialmente, más de 250 personas quedaron varadas en las laderas, pero la mayoría descendieron antes de caer la noche, informó la cadena pública japonesa NHK. Algunos pasaron la noche en los albergues de cuatro pueblos cercanos.
Un testigo dijo a NHK que la erupción comenzó con grandes explosiones que sonaban como truenos.
En un video subido a YouTube puede verse a montañistas sorprendidos alejándose rápidamente de la cima, mientras al fondo crece una nube de humo que los cubre en segundos.
Muchos de quienes lograron descender tenían sus ropas y mochilas cubiertas de ceniza. Dijeron que quedaron envueltos en una oscuridad total durante minutos.
Mikio Oguro, un periodista de NHK que estaba en la ladera para un trabajo no relacionado, dijo a la cadena que había visto una gran cantidad de humo saliendo del cráter, que bloqueó la luz del sol y redujo la visibilidad a cero.
“De pronto cayó mucha ceniza y toda la zona estaba totalmente cubierta de cenizas”, dijo por teléfono. Él y su equipo tuvieron que usar linternas de minero para encontrar un refugio.
“Mis compañeros me dijeron más tarde que pensaron que iban a morir”, añadió Oguro.
Como medida de precaución, dos vuelos de Jetstar que se dirigían al aeropuerto internacional Narita de Tokio fueron desviados al aeródromo internacional de Kansai, en el oeste del país.
La agencia meteorológica nipona elevó el nivel de alerta para el monte Ontake a tres, en una escala de uno a cinco. Advirtió a la gente que se mantenga alejada de la montaña, diciendo que podrían caer cenizas y escombros en un radio de hasta a cuatro kilómetros (2.5 millas).
El monte Ontake, a unos 210 kilómetros (130 millas) al oeste de Tokio, se encuentra en los límites de las prefecturas de Nagano y Gifu, en la principal isla de Japón, Honshu. Su última gran erupción fue en 1979.