BUENOS AIRES. Argentina depositó este martes 161 millones de dólares en la entidad local Nación Fideicomisos, del Banco Nación, para el pago de sus acreedores de deuda reestructurada, en desafío a la justicia de Estados Unidos que considera ilegal esta estrategia.

 

El pago se produjo apenas 24 horas después de que el juez neoyorquino Thomas Griesa declaró en desacato a la nación sudamericana por ignorar un fallo que le obliga a pagar a los fondos de inversión querellantes mil 300 millones de dólares, más intereses, por bonos en mora desde 2001 que no ingresaron en los canjes de 2005 y 2010.

 

“Argentina depositó los montos correspondientes a los intereses de los Títulos de Deuda Bonos Par emitidos en los Canjes de Reestructuración de Deuda Soberana de los años 2005 y 2010 sujetos a la legislación del Estado de Nueva York, Estados Unidos de América, y a la legislación de Inglaterra y Gales por el equivalente a 161 millones de dólares”, informó la víspera el Ministerio de Economía en un comunicado.

 

El Gobierno de Cristina Fernández cumplió así con el compromiso adquirido con los acreedores de deuda reestructurada en la fecha de vencimiento del plazo de pago.

 

“Desde el momento de su depósito, los fondos dejan de ser propiedad de la República Argentina y constituyen bienes fideicomitidos. El Contrato de Fideicomiso contempla que dichos fondos serán aplicados por el Fiduciario exclusivamente al pago de los servicios de los Títulos de Deuda de los Bonistas”, subrayó el organismo.

 

El Ministerio insistió en que con estos depósitos, Argentina “ratifica una vez más su compromiso inquebrantable de cumplir todas sus obligaciones respecto de los Bonistas”.

 

Además, agregó, el país quiere “contribuir mediante las medidas que estén a su alcance a preservar su derecho a cobrar las sumas que les corresponden bajo los Títulos de Deuda”.

 

El jefe de Gabinete del Gobierno argentino, Jorge Capitanich, aseguró este martes que la decisión de Griesa no tiene “ningún tipo de razón, fundamento, ni impacto” y que el magistrado se encuentra en una “encrucijada con destino final incierto”.

 

El pago del vencimiento anterior, el 30 de junio pasado, fue bloqueado por orden de Griesa, quien impidió que los agentes fiduciarios internacionales distribuyeran los fondos depositados por Argentina hasta que el país cumpla con el fallo favorable a los fondos especulativos.

 

Para esquivar el bloqueo, el Parlamento argentino aprobó a comienzos de este mes una ley para ofrecer a los bonistas la posibilidad de cobrar la deuda en Argentina o en Francia.

 

Un “disparate” la declaración de desacato: Fernández

 

La presidenta argentina, Cristina Fernández, tachó este martes de “disparate” la decisión adoptada el lunes por el juez neoyorquino Thomas Griesa de declarar en “desacato” al país suramericano. “Nunca se ha llegado tan lejos en el disparate”, dijo la mandataria en un acto en la sede del Ejecutivo.

 

“El problema es que quieren tirar abajo la reestructuración de la deuda argentina para que volvamos a deber miles y millones de dólares (…) y si para eso tienen que arrasar con la soberanía, arrasan”, sostuvo Fernández, quien calificó a Griesa como un “juez senil de Nueva York”.

 

Fernández aseguro que no le sorprendió la decisión judicial ni que “en 20 o 30 días más” el juez neoyorquino imponga sanciones a Argentina.

 

“Por qué no dejan que Argentina pague su deuda, que la quiere pagar”, se preguntó la mandataria.

 

Argentina siempre ha alegado en este litigio que no puede pagar a los querellantes tal como lo establece Griesa, en un solo pago y sin quitas, pues de ese modo violaría cláusulas legales de los canjes de 2005 y 2010, que vencen en enero próximo.

 

La presidenta insistió en que no se trata de un problema “de un gobierno ni de un partido, el problema de la deuda externa argentina es un problema de todos los argentinos” que, recordó, nació con el endeudamiento de la última dictadura militar.

 

La mandataria, cuya intervención se emitió en cadena nacional, eligió la sede del Ejecutivo para responder al fallo del juez Griesa, ante cientos de militantes kirchneristas que abarrotaron los patios de la Casa Rosada.