Iván Alejandro García Navarro es uno de esos casos constantes en las historias de éxito. Un niño que necesitaba ser cansado por su hiperactividad y que sus padres encontraron en el deporte a un aliado para controlar esa conducta. Sin embargo, el talento del jalisciense lo llevó no sólo a superar esa etapa de su vida, sino a escalar peldaños rápidamente para convertirse en uno de los mejores clavadistas en la historia de México, apenas a los 21 años de edad.
En el pasado ciclo olímpico, García ganó par de bronces en los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe de Mayagüez 2010; un año después, en su casa, Guadalajara, conquistó dos oros en los Juegos Panamericanos; y al llegar a Londres 2012 se llevó la plata olímpica desde la plataforma a 10 metros, al lado de Germán Sánchez en la modalidad de sincronizados.
“Nada es imposible, sigo teniendo sueños, que al principio veía muy lejos, que parecían imposibles, pero te vas metiendo y te das cuenta que nada es imposible si le pones el corazón y le dedicas todo lo vas a lograr”, indicó.
Confesó que al empezar a sentir el deporte empezó a ilusionarse en llegar muy lejos. Reconoció que le costaba creérsela, pero ahora ya está consciente de los niveles que pisa. Su primer entrenador fue un cubano, Raúl Pérez, para luego pasar a las manos de Martha Lara, hasta que el destino lo puso al lado de Iván Bautista, más que un amigo para Iván.
“Ha sido como un padre para mí, uno de mis mayores ejemplos a seguir porque nunca se da por vencido. Llegué con él muy chavo. Aguantó
Conocido desde que empezó como El Pollo, ya que sus papás son vendedores de este alimento y ése ha sido prácticamente su sello también.
“Todas las personas me conocen como El Pollo, muy pocas saben que me llamo Iván. Es como me doy a identificar con la sociedad”, acotó. Fanático de igual forma del futbol, aunque no lo practicó nunca, pero eso sí aficionado a las Chivas Rayadas del Guadalajara.
Iván regularmente presenta una imagen llamativa para sus eventos. En el reciente selectivo nacional en la fosa Joaquín Capilla del Centro Deportivo Olímpico Mexicano sus diseños en el corte de cabello eran de llamar la atención.
“Es una loquera, veo a mi abuelo, que en paz descanse, era pelón, entonces aprovecho ahorita, porque si no luego me voy a arrepentir”.
Iván es un clavadista que tiene chispa, un imán con el público, sobre todo el femenino, que le expresa su cariño en las redes sociales y durante sus eventos.
Ante eso, él se dijo agradecido por todas esas muestras de afecto, porque le motiva a dar más. Actualmente tiene novia, una chica que es otro de sus motores hacia el triunfo.
El Pollo y El Duva Germán Sánchez es un binomio que en la actualidad de los clavados mexicanos significa, respeto y son serios aspirantes a medallas de oro en cualquier competencia, incluso parecieran hermanos.
“Es un hermano de diferente papá y mamá que me regaló el deporte. Yo comencé en los clavados, él luego llegó, nos hicimos muy amigos, luego tuvimos nuestras diferencias y cuando empezamos a hacer sincronizados fue donde realmente se reforzó todo”, recordó.
En la mente del tapatío está hoy por hoy ganar los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014, donde buscará los oros en la plataforma individual, así como en sincronizados con el guanajuatense Jonathan Ruvalcaba, lo que significará un reto porque será la vez primera que trabajen juntos.
“Es un orgullo competir en esa fosa (Leyes de Reforma) ante el público de Veracruz, que siempre es bien apasionado y simplemente me sentiré en casa”, añadió.
“Porque sólo una vez los van a vivir y ahora que tienen esta oportunidad que lo disfruten al máximo, va a ser un espectáculo de primer nivel en todos los deportes y que queden satisfechos del papel de México”, enfatizó.
Luego, El Pollo piensa en meterse a los Juegos Panamericanos de Toronto el próximo año y ya estando ahí tratar de ganarlos también, así como clasificarse al Campeonato Mundial, donde se darán los primeros pases para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.
“Me veo medallista en Brasil, pero de oro, junto con Germán, ahorita sólo pienso en Brasil, porque quien sabe si llegue a Tokio 2020”, declaró.
Después de Veracruz 2014, el atleta podría tener unas merecidas vacaciones, donde no sólo descansa el cuerpo sino también desintoxica la mente de los clavados.
Se iría a la playa acompañado por su familia, dormir mucho y comer sin tanto remordimiento, porque es fanático de los tacos.