SAO PAULO. Aecio Neves protagonizó el mayor giro de las elecciones en Brasil: tras hundirse en el tercer lugar desplazado por Marina Silva, logró repuntar y avanzar a la segunda vuelta, en el que enfrentará a la presidenta Dilma Rousseff. El abanderado del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) fue el segundo más votado, con el 34.30% de los sufragios, y el próximo día 26 disputará la Presidencia de Brasil en una segunda vuelta con la actual jefa de Estado, Dilma Rousseff, que tuvo el 40.96%, con el 92.88% escrutado.
Senador, exgobernador, exdiputado y nieto de un expresidente, Neves, de 54 años, es un fiel reflejo de la élite brasileña y cumple los requisitos del manual para ser presidente. Tiene, además, el apoyo de los mercados.
Economista y miembro del PSDB del expresidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), tiene una carrera política exitosa: fue dos veces gobernador del estado de Minas Gerais y dejó el cargo con altísima popularidad.
Tiene fama de playboy y de ser un hombre encantador que visita con frecuencia las discotecas de Leblon, uno de los barrios más ricos de Rio.
Nació el 10 de marzo de 1960 y está casado con una exmodelo con la que tuvo mellizos en junio. Tiene también una hija de 23 años de un matrimonio anterior, Gabriela.
Revistas del corazón siguen sus pasos y publican fotos en las que siempre aparece sonriente.
Rubia, alta y delgada, su esposa Leticia Weber tiene 34 años y asegura que su marido es encantador. “Él sonríe con los ojos y tiene una expresión muy bonita”, dice en un video de campaña.
Famosos como el ex astro del fútbol Ronaldo apoyan su candidatura.
Aecio Neves centra su campaña en el pobre crecimiento de la economía brasileña, que registra ya su cuarto año de expansión moderada y una inflación al alza, y en una crítica frontal al gobierno por casos de corrupción.
Acusa al gobierno de Rousseff y al de su antecesor Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010) de “ahuyentar” a los inversionistas y “demonizar” las alianzas entre capitales privados y públicos.
El candidato cuestiona al gobierno por el ‘Juicio del Siglo’, un esquema de compra de votos políticos durante el gobierno de Lula, y por los escándalos de corrupción que han estallado en la estatal Petrobras, la principal empresa brasileña.
A diferencia de Rousseff, Neves defiende la autonomía del Banco Central y ha dicho que, en caso de ser elegido, nombraría como ministro de Hacienda a Arminio Fraga, presidente del Banco Central durante el gobierno de Cardoso.
Y, cada vez que puede, destaca su experiencia como gobernador de Minas Gerais, el segundo estado más poblado de Brasil, y la alta popularidad que ahí cosechó.