WASHINGTON. Estados Unidos señaló hoy que la desaparición de 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa en la ciudad de Iguala, Guerrero, a manos de policías y criminales, es un crimen que exige “una investigación completa y transparente”.
La portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, señaló que el gobierno del presidente Barack Obama ha seguido el caso de los 43 normalistas, que fueron vistos por última vez la noche del 26 de septiembre así como el hallazgo de 28 cuerpos en fosas clandestinas cerca de la localidad.
Este es un preocupante crimen que exige una investigación completa y transparente y los responsables deben ser llevados ante la Justicia. Entendemos que las autoridades mexicanas han comenzado una investigación”, señaló Psaki en su conferencia de prensa diaria.
“Nuestros pensamientos y compasión están con las familias y amigos de los desaparecidos”, añadió la portavoz.
La Fiscalía de Guerrero confirmó el domingo el hallazgo de 28 cuerpos en fosas clandestinas que podrían corresponder a algunos de los jóvenes que desaparecieron después de que policías y miembros del crimen organizado atacaran a tiros a alumnos de la Escuela Normal de Ayotzinapa que se habían apoderado de unos autobuses.
Aunque las autoridades esperarán los resultados de las pruebas genéticas para determinar la identidad de los 28 cuerpos, algo que podría tardar semanas, tres detenidos por los hechos del 26 de septiembre confesaron haber asesinado a 17 estudiantes en la comunidad donde fueron halladas las fosas.
Los indicios de que el grupo criminal Guerreros Unidos participó en los hechos llevaron a la Procuraduría General de la República (PGR) a asumir el fin de semana la investigación de los hechos violentos y de la desaparición de los 43 estudiantes.
El presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, calificó esos actos de “indignantes, dolorosos e inaceptables”, y dio la razón a los familiares de los jóvenes desaparecidos que demandan el “esclarecimiento de los hechos y que se haga justicia”, por lo que ordenó a su gabinete de seguridad tomar medidas.
Entre ellas, está el despliegue en Iguala de miembros de la Gendarmería, una nueva división de la Policía Federal, para que realicen labores de seguridad con el “acompañamiento” del Ejército en condiciones especiales.