LA PAZ. El pasado domingo, el presidente y candidato Evo Morales tuvo una entrevista de más de tres horas en la televisora estatal y en la noche en un canal privado. El lunes cerró campaña en dos ciudades con multitudinarias concentraciones transmitidas por televisión.
Aunque ninguna encuesta le da más del 59% de los votos, el mandatario dijo que en los comicios del próximo domingo superará su récord histórico del 64% obtenido en 2009, cuando asumió su primer mandato. El actual periodo concluye en diciembre.
“Parece que está compitiendo consigo mismo”, dijo a la Agencia AP el profesor de ciencia política de la universidad pública de La Paz, Marcelo Silva.
En ese afán su partido el Movimiento al Socialismo ha hecho alianzas incluso con grupos opositores en el pasado.
El principal contendor del mandatario es el empresario del cemento Samuel Doria Medina de la alianza derechista Unidad Demócrata que aparece segundo con 18% de los potenciales votos, según una última encuesta. Otros tres opositores en carrera están por debajo del 9% de las preferencias.
Los opositores dicen que Morales, busca una mayoría aplastante para lograr dos tercios de escaños en el Legislativo y forzar una reforma constitucional que le permita incluir la reelección indefinida.
Pero Morales dijo el domingo en la televisora privada Unitel que no piensa en otra reelección y opinó que los mayores de 60 años no debieran postular a la presidencia porque “no sólo se necesita experiencia sino fuerzas”. Este mes cumplirá 56 años y la próxima contienda electoral será en 2020.
La oposición ha centrado sus críticas en un supuesto despilfarro en la gestión de gobierno lo que sumado a la negativa de debatir con sus contendores, podrían disminuir el apoyo al mandatario, según analistas.
En las elecciones del domingo 12, Bolivia elegirá un presidente, un vicepresidente y renovará la totalidad de la Asamblea Legislativa. Deben votar 5.9 millones de electores de este país de 10.6 millones de habitantes.
Sobre Evo Morales, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) exhortó le ehortó a cumplir con la norma de no aparecer en medios de comunicación ni en actos de campaña desde tres días antes de las elecciones del próximo domingo.
La presidenta del TSE, Wilma Velasco, dijo en una rueda de prensa que se trata de la aplicación del “silencio electoral”, una norma que en la práctica es obligatoria para los cuatro candidatos opositores, pero que en el caso de Morales se reduce a una petición verbal debido a que éste debe cumplir con sus actividades de mandatario.
En otras palabras, Evo Morales no está obligado a respetar esta regla al tener que atender a sus actividades públicas como gobernante, por lo que el órgano electoral no podría sancionarle si no se atiene al “silencio electoral”.
Sin embargo, las autoridades del TSE le exhortaron a que, voluntariamente, se someta a las mismas normas que deben obedecer sus contrincantes.
Doria Medina, otra vez candidato
LA PAZ. El candidato opositor boliviano Samuel Doria Medina, de 55 años, afronta por tercera vez el reto de transformar su éxito empresarial en un atractivo político en las elecciones de Bolivia, país que no le eligió presidente en 2005 ni 2009.
Candidato del frente conservador Unidad Demócrata (UD), este administrador de empresas nació en La Paz el 4 de diciembre de 1958 y está casado con Nidia Monje, con quién tiene cinco hijos.
Aunque en los sondeos de intención de voto aparece como segundo en la preferencia con un apoyo de entre el 13% y el 18% y está al menos 40 puntos por debajo de Morales, Doria Medina sostiene que esos datos son falibles y no hay nada escrito hasta el domingo.
En la votación del 2005 cosechó un 7.8% de respaldo en las urnas y en la de 2009 un 5.6%, porcentajes que dieron a su propio partido, Unidad Nacional (UN), un relativo protagonismo opositor en medio de la hegemónica presencia que ha tenido el partido de Morales.
Este año, tras haber fracasado en su intento de aglutinar a toda la oposición bajo una sola candidatura, Doria Medina se alió con líderes de la derecha como el gobernador de la región de Santa Cruz, Ruben Costas, para formar el frente UD, lo que le ha valido perder el apoyo inicial de dirigentes del centro y de izquierda.
Como sus mayores fortalezas, ha proclamado en la campaña su talento de administrador, su experiencia en el manejo económico y la generación de miles de empleos y de oportunidades económicas.
Doria Medina ha llegado a afirmar que el valor de algunas de sus empresas ha aumentado “unas 500 veces” bajo su liderazgo.
Esa carrera comenzó en 1987 al hacerse cargo de la Sociedad Boliviana de Cemento (Soboce), que hoy es la principal productora del sector, pero en la que Doria Medina ahora solo es accionista.
En medio de la campaña, el ministerio de Economía y Finanzas ha afirmado que la fortuna de Doria Medina creció de 7 a 85 millones de dólares entre 2006 y 2014, gracias a la bonanza económica del país.
Su vida ha estado marcada por dos sucesos: su secuestro durante 45 días de 1995 por el peruano Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), al que pagó un millón de dólares como rescate para su liberación, y la caída en 2005 en el altiplano de la avioneta que usaba, accidente del que salió ileso.
Pese a haber sobrevivido a esas tragedias, lo que ha sido interpretado por sus seguidores como una suerte de predestinación, su campaña no ha logrado borrar por completo el lastre que supone su imagen de político sin magnetismo.