Primero fue la señora Cristina Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, quien “bajó de la nube” a millones de mexicanos que creían que la mediocridad podría superarse para dar paso a la prosperidad por ahí de finales de este sexenio o principios del siguiente. Ahora es la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE),la encargada de “pasarles la aplanadora” con una serie de datos.

 

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El organismo empieza por “ubicarnos” diciendo que aunque el dinero no puede comprar la felicidad, es un medio importante para lograr estándares de vida más elevados. En México, el ingreso familiar disponible neto ajustado promedio per cápita es de 12 mil 850 dólares al año, cifra menor que el promedio de la OCDE de 23 mil 938 dólares. Pero la brecha entre los más ricos y los más pobres es considerable; la población situada en el 20% superior de la escala de ingresos gana cerca de 13 veces lo que percibe la población que ocupa el 20% inferior. Obviamente, el patrimonio financiero familiar -monto total de los valores financieros que posee una familia- está por los suelos en México, pues es considerablemente menor que el promedio de la mencionada organización, que es de 42 mil 903 dólares.

 

En materia de empleo, alrededor de 61% de las personas entre 15 y 64 años de edad en México tiene un empleo remunerado, cifra menor que el promedio de la OCDE de 65%. Cerca de 79% de los hombres tienen un empleo remunerado, en comparación con 45% de las mujeres. En México la gente trabaja dos mil 226 horas al año, contra mil 765 horas. Casi 29% de los empleados tienen un horario de trabajo muy largo, mientras que el promedio de la organización es de 9% y, entre ellos, el 35% de los hombres trabajan muchas horas en comparación con 18% de las mujeres. ¡Explotados, pues!, dicen los observadores.

 

Tener un buen nivel educativo es un requisito importante para encontrar empleo, señala la institución. En México, 36% de los adultos entre 25 y 64 años han obtenido el equivalente de un título de educación secundaria, contra el promedio de 75%, uno de los más bajos en los países miembros. Esto se aplica ligeramente más en el caso de los hombres que en el de las mujeres, ya que 38% de ellos han terminado con éxito la educación secundaria en comparación con 35% de las mujeres. En lo que respecta a la calidad del sistema educativo, el estudiante promedio obtuvo una calificación de 417 puntos en lectura, matemáticas y ciencias en el Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés). Esta calificación es más baja que el promedio de la OCDE de 497. ¡Cuasi burros!, exclaman los malosos.

 

En el campo de la salud, en México la esperanza de vida al nacer es de casi 74 años, seis años menos que el promedio de la OCDE de 80 años. La esperanza de vida para las mujeres se sitúa en los 77 años, en comparación con 71 años para los hombres. El nivel de partículas atmosféricas PM10 -partículas contaminantes del aire lo suficientemente pequeñas como para penetrar en los pulmones y dañarlos- es de 29.8 microgramos por metro cúbico, considerablemente más alto que el promedio de la OCDE de 20.1 microgramos por metro cúbico. Asimismo, México tiene una actuación por debajo de la media de la OCDE en cuanto a la calidad del agua, pues 68% de las personas dicen estar satisfechas con la calidad del agua, cifra menor que el promedio de la OCDE de 84%.

 

Pero a pesar de todas esas calamidades, en general, los mexicanos están más satisfechos con su vida que el promedio de los países que forman parte de la organización. El 82% de las personas dice tener más experiencias positivas que negativas en un día normal. Esta cifra es mayor que el promedio de los integrantes de la OCDE, que es de 76%. ¡Masoquistas, pues!

 

AGENDA PREVIA

 

Luis Robles Miaja, actual vicepresidente de la ABM y presidente del Consejo de BBVA Bancomer, será el nuevo presidente de la Asociación de Bancos de México lo que resta del periodo que concluye en marzo del 2015, si el comité de asociados lo aprueba claro.