La mayoría de los accidentes vehiculares que se producen en las calles y carreteras se deben a la poca o nula atención de los conductores.
Una de las causas que provocan que perdamos concentración en la conducción es el cansancio. Está comprobado que cuando se conducen más de dos horas de forma continua provoca, entre otras cosas, una disminución de la atención al volante (se deja de ver hasta un 30% de información del tráfico), aumentan los errores en la percepción de la distancia y velocidad, además que se incrementa (más de 80%) el tiempo de reacción ante un obstáculo.
Ante esta situación las probabilidades de sufrir un accidente aumentan, como lo demuestran las estadísticas: el cansancio y la somnolencia son algunas de las principales causas de mortalidad al conducir.
Para evitar estos riesgos, y fomentar la conducción responsable, recuerde la necesidad de parar a descansar cada dos horas de conducción (hora y media si se circula por la noche), realizar estiramientos e ingerir bebidas refrescantes, que mantienen los niveles de hidratación recomendados y aportan la glucosa necesaria para mantener la atención, asimismo ayudan a prevenir la fatiga y mejoran el tiempo de respuesta ante un imprevisto.
Otro de los peligros para la seguridad vial es el consumo de alcohol y drogas. Siempre hay que tener en cuenta esta frase “el alcohol y la conducción son incompatibles”.
Manejar ebrio no sólo supone una infracción sino que, además, multiplica por nueve el riesgo de sufrir un accidente.
Para mejorar la seguridad al volante es importante que tome en cuenta estos consejos.