Ante la falta de acciones y resultados de las autoridades para encontrar el paradero de los 43 normalistas desaparecidos desde el 26 de septiembre, cerca de 600 policías comunitarios de Guerrero siguen recorriendo cerros y cuevas, y asumieron por su cuenta y desarmados la búsqueda de los jóvenes en los alrededores de Iguala.
En momentos en que autoridades federales y estatales se enfrascan en debates y confrontaciones sobre la identidad de los cuerpos rescatados de las nueve fosas clandestinas halladas en la zona en la última semana, y las Gendarmería y fuerzas federales elevan sus patrullajes en las comunidades, los comunitarios de la Upoeg avanzaron hacia el monte y sus múltiples cuevas, paso a paso y con tiento.
En un primer momento, los comunitarios fueron requeridos por padres de dos de los estudiantes de la Normal de Ayotzinapa desaparecidos, sin embargo con el paso de los días ubicaron que hay 17 jóvenes que son oriundos de municipios de la Costa Chica, La Montaña, Tecuanapa o Chilpancingo.
Encabezados por Bruno Placido Valerio y el comandante regional del Sistema de Seguridad y Justicia Ciudadana, Ernesto Gallardo Grande, los guardias reciben apoyo del Frente Popular para el Desarrollo de Guerrero, en acciones en las que asisten como civiles que solo intentan rescatar a sus hijos. Se sabe que ocho son de Tecoanapa y cuatro de Ayutla.
La noche del miércoles se instalaron en la Preparatoria 32 de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), ubicada sobre la carretera Iguala-Taxco, junto a las instalaciones de la 35 zona militar. Un día antes, al hacer escala en Chilpancingo integraron comisiones.
Desde el jueves iniciaron el brigadeo, casa por casa, para solicitar información que les pueda servir. El viernes se intensificó la búsqueda que este sábado y domingo continúa y seguirá hasta que los hallen.
Pero el panorama es poco favorable. Estas tierras no las conocen y van solos ya que los militares no han querido acompañarlos.
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