El crecimiento sostenido en el número de usuarios de Facebook es imparable. Según Statista, la red social por excelencia supera ya los mil 318 millones de personas, pero por otra parte, la base de su pirámide demográfica está cayendo. Esto es, los jóvenes están abandonando Facebook.
Esta situación no es nueva ya que está sucediendo desde mayo del año pasado. El estudio Taking stock with teens- Fall 2014 indica la pérdida de un 27% de usuarios en la franja de edad de 13 a 19 años en muy poco tiempo, entre el trimestre de primavera y el de otoño.
Se encuestaron más de siete mil adolescentes de Estados Unidos con un promedio de 16 años, sobre moda, belleza y cuidado personal, medios digitales, comida, juegos y entretenimiento. Entre sus resultados destaca que las redes para establecer amigos y relaciones sociales están en Internet, y son Instagram y Twitter, los dos sitios de medios sociales más utilizados, lo cual lleva a pensar que los adolescentes son cada vez más audiovisuales.
Facebook está sufriendo un serio problema de percepción entre los jóvenes, y de no ser por la compra que la empresa de Zuckerberg hizo de las aplicaciones de WhatsApp y de Instagram, supondrían un verdadero desastre para ellos. Precisamente estas aplicaciones son las que más utilizan los jóvenes que no ven en ellas un repositorio permanente de información donde todos pueden ver su vida. Y lo más importante para ellos, no tienen el riesgo de que se asomen sus papás para poner comentarios. Los datos así lo señalan. Instagram ha pasado de 69 a 76%.
También entre las nuevas apps está Snapchat, que es un programa gratuito de mensajería instantánea mediante el cual se pueden enviar fotos y videos a uno o más amigos. La diferencia con otras aplicaciones de mensajería de texto, o con WhatsApp, está en que los mensajes en Snapchat tienen una duración definida; es decir, cuando las fotos o videos enviados a una persona alcanzan su duración límite, esas imágenes se borrarán de manera automática del teléfono móvil de la persona que los recibió.
Estas nuevas aplicaciones no tienen publicidad y además han prometido continuar sin tenerla, como es el caso de WhatsApp, o están sujetas a modelos publicitarios muy diferentes a los conocidos, en los que las marcas anunciantes tratan de publicar contenido más atractivo para obtener un seguimiento voluntario de los usuarios, en vez de perseguirlos o saturarlos, como estamos acostumbrados. Ahora el usuario puede bloquear una marca o puede optar por seguirla cuando, por el contrario, su contenido le resulta atractivo, abriendo de esta manera un canal de contacto permanente.
La publicidad de Facebook es molesta para el público joven y es una de las razones por las que se están moviendo a otras redes sociales. No sólo las mencionadas anteriormente, también nuevas como Ello, que promueve los principios de privacidad y ausencia de publicidad. Unos días posteriores a su lanzamiento, la red Ello, denominada “anti-Facebook”, ya recibió más de 35 mil peticiones de registro por hora. Su éxito radica en garantizar la privacidad y uso gratuito sin vender anuncios. Su modelo de negocio se basa en cobrar por funciones adicionales. Como se accede a través de invitaciones directas, éstas se han convertido en una mercancía que se vende por ejemplo en ebay, alcanzando un precio de hasta 500 dólares.
A todo esto hay que sumarle que los spammers han buscado nuevas herramientas para enviar sus mensajes, y han encontrado en Facebook una magnífica plataforma. No tardaron en moverse a las redes sociales. Según un estudio de Nexgate sobre el estado del spam en estos sitios, éste ha aumentado casi 355%. Es precisamente en Facebook, en primer lugar, luego Twitter, Google+, YouTube y LinkedIn, donde el spam se ha convertido en todo un auténtico negocio en desarrollo.
Para los spammers es una gran ventaja utilizar las redes sociales como canal para distribuir sus mensajes, dado su gran alcance. Si el correo basura se envía a un usuario, un mensaje de spam en las redes sociales puede llegar a millones de personas, siendo, además, más difícil de detectar. Facebook y YouTube son las redes sociales con mayor spam.
O se redefine Facebook, o el público joven seguirá migrando a otra parte.
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