Pese a la actual estrategia de seguridad del gobierno federal y el precedente de la llamada “guerra contra el narcotráfico” que emprendió la administración pasada, el Cártel Jalisco Nueva Generación no ha visto mermada su expansión territorial, teniendo a Jalisco como su territorio más sólido.
De acuerdo con un análisis de la consultora InSightCrime, especializada en temas de seguridad y crimen organizado, dicho cártel ha hecho uso de una eficiente estrategia regional, por lo que no se ha visto desestabilizado como otras organizaciones, aún y con las detenciones de sus integrantes, como fue la reciente captura de Rubén Oseguera González, El Menchito, identificado como segundo al mando e hijo del líder, Rubén Oseguera Cervantes.
Según lo expuesto en el texto de Jesús Pérez Caballero, académico e investigador en temas de narcotráfico en Latinoamérica, el CJNG “sigue creciendo por su flexibilidad en el uso de la violencia y su discurso de perfil vigilante”.
El estado idóneo
“Es difícil para cualquier grupo criminal repeler la infiltración generalizada de Los Templarios en las instituciones michoacanas, pero Jalisco ofrece otras alternativas para el crecimiento de una organización criminal”, señala el análisis.
La organización señala a la entidad, gobernada por Aristóteles Sandoval, como un acceso a diferentes puntos comerciales como Manzanillo, en Colima, o el puerto michoacano de Lázaro Cárdenas, imprescindibles para el tráfico de metanfetaminas.
“El CJNG ha construido un enfoque regional, con un corredor natural que incluiría a Michoacán, a Nayarit, Colima y Guerrero. Esa fortaleza parece haber servido para atraer a individuos vinculados a la organización del Cártel de Sinaloa en la zona”.
A diferencia de Los Caballeros Templarios, asentados principalmente en Michoacán, el cártel liderado por El Mencho hizo una suerte de adaptación a la militarización de la seguridad pública cuyas consecuencias se han visto en “más fuerzas federales en las calles y cárteles mejor armados”.
Inteligencia e infiltración
Respecto al uso de la violencia como recurso para mantener su hegemonía, InSightCrime indica que el cártel utiliza una “flexibilidad” violenta complementada con un discurso de organización vigilante.
Por ejemplo su capacidad para hacer propia la narración de las autoridades contras grupos antagónicos señalados como más dañinos; contra Los Zetas, el CJNG ofrece sus ‘matazetas’, frente a Templarios, se adjudican como ‘matatemplarios’.
Parte de ese recurso se vio reflejado en Michoacán, donde Jalisco Nueva Generación buscó alianzas con las fuerzas de seguridad, con una actuación en el conflicto entre autodefensas y Templarios, el Cártel de Jalisco se infiltró en él y utilizó sus recursos para ayudar a autoridades y autodefensas, con el objetivo común de debilitar a Los Templarios.