En el fondo y en la superficie del caso Iguala-Ayotzinapa, el gran debate tiene que ver con el papel del PRD en el gobierno: como PRI o como izquierda.

 

Pero la parte más importante del asunto se localiza en la necesidad de que el PRD aclare su función como partido político, su ideología y su tarea en gobiernos locales. Y ahí habría que señalar el errático itinerario ideológico del partido: el PRD nació del registro del Partido Comunista, quedó en manos de priistas que se salieron del PRI porque el PRI ya no quería ser PRI y luego pasó a control de los formados en el Partido Socialista de los Trabajadores (PST) de Rafael Aguilar Talamantes, un mercenario de la izquierda.

 

Y a propósito de la imagen de un gobierno perredista reprimiendo a jóvenes estudiantes hay dos hechos para incluir en el análisis:

 

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1.- En 1968 Cuauhtémoc Cárdenas estaba estudiando en París y su padre, el general Lázaro Cárdenas, protegió a algunos maestros universitarios perseguidos por la policía como el ingeniero Heberto Castillo. Pero los dos sin salirse del sistema priista.

 

En 1968 y 1969, Porfirio Muñoz Ledo -fundador y presidente del PRD-, dijo dos discursos de apoyo y elogio a Díaz Ordaz por salvar al Estado de la subversión, todo en nombre de la Revolución Mexicana. Otros dos perredistas -Enrique González Pedrero y Víctor Flores Olea- saltaron de la dirección de Ciencias Políticas de la UNAM en 1968 y 1971 -Tlatelolco y halconazo– para incorporarse al gobierno de Echeverría, secretario de Gobernación en 1968 y presidente en 1971.

 

2.- Si el venero del PRD fue el Partido Comunista, en 2008 cayó en manos de ex dirigentes del Partido Socialista de los Trabajadores, una organización financiada por el presidente Echeverría para controlar la militancia radical de los jóvenes. El PST fue inventado con dinero de Echeverría por Rafael Aguilar Talamantes -conocido traficante de la inquietud juvenil-: Jesús Ortega Martínez, Graco Ramírez Garrido Abreu, Carlos Navarrete Ruiz -hoy presidente del PRD- y Miguel Alonso Raya, entre otros. La disputa Cárdenas-López Obrador desarticuló la élite perredista y Los Chuchos tomaron el control.

 

En una entrevista con Óscar Hinojosa en Proceso, Aguilar Talamantes confesó que el gobierno de Echeverría le daba vía la SEP 30 mil pesos mensuales sin recibos y el director del Inmecafé, Fausto Cantú Peña, otro tanto. La característica de este grupo del PST fue el oportunismo político y la carencia de una formación ideológica.

 

Del grupo de Los Chuchos sólo Jesús Zambrano tuvo formación ideológica comunista radical, participó en la Liga Comunista 23 de Septiembre y estuvo preso en 1974 y 1975. Ya en la legalidad, se sumó al Partido Mexicano Socialista. No pasó por el PCM. Eso sí, dio un giro espectacular al meterse en legalidad institucional, se alió al pensamiento talamantalista y pactó con el PRI.

 

La crisis en Guerrero ha servido para definir los espacios políticos del PRD y la consolidación del grupo Aguilar Talamantes en la dirección del partido. Así, el PRD no será más una pálida sombra del PCM o una línea de acción del neocardenismo progresista priista, sino que Navarrete Ruiz ya lo estrenó con el caso Iguala-Ayotzinapa como una copia al carbón del PST echeverrista posterior al 68.

 

La sociedad esperaba una reacción más social y política del PRD y más apegada a la tradición de lucha del PCM, pero se vio con Navarrete Ruiz a un PRD como PST o como el PRI del 68 después del tlatelolcazo. Ante el dilema de ponerse al lado de los estudiantes asesinados y desaparecidos en Iguala o salir a defensa a los gobernantes perredistas locales represores, el PRD prefirió el poder y definió qué tipo de izquierda va a seguir siendo, traicionando su origen de la izquierda revolucionaria y del Partido Comunista Mexicano.