HONG KONG. La violenta intervención de las fuerzas de seguridad en Hong Kong contra los manifestantes prodemocracia ha enquistado las protestas callejeras en la isla. El detonante es un video que difundió la televisión local TVB en el que se muestra cómo los policías llevan a un hombre esposado a un oscuro rincón, donde le golpean y propinan numerosas patadas durante cuatro minutos, mientras que el joven está en el suelo con sus manos atadas.
El manifestante, identificado como Ken Tsang, miembro del Partido Cívico, uno de las principales formaciones políticas pro-democracia en Hong Kong, se encontraba entre los cientos de ciudadanos que se enzarzaron con la Policía en los enfrentamientos más violentos registrados desde que estallara la revuelta civil, el pasado 28 de septiembre.
Antes de la medianoche, activistas del movimiento obligaron a varias de decenas de policías a retirarse de una de las calles próximas a la oficina de gobierno y el Parlamento de Hong Kong, al verse acorralados por cientos de manifestantes que lograron cortar el tráfico y montar barricadas en la vía.
Horas después, decenas de policías volvieron al lugar para dispersar a los manifestantes, haciendo uso de la fuerza y empleando gas pimienta hasta lograr abrir la calle al tráfico.
Las imágenes de los incidentes, incluido el de Tsang, han desatado fuertes críticas por parte de ciudadanos, políticos y organizaciones como Amnistía Internacional, que han calificado de desmesurada la actuación policial.
El secretario de Seguridad de Hong Kong, Lai Tung-Kwok, dijo que los oficiales implicados en el vídeo en el que Tsang es golpeado fueron apartados de sus puestos, mientras que el departamento de Policía está llevando a cabo una investigación sobre lo ocurrido.
A lo largo del día de ayer, el movimiento Occupy Central, una de las tres principales organizaciones que dirigen las revueltas de Hong Kong, mostró imágenes de Tsang con hematomas y heridas en la cabeza, cuello y espalda.
A las puertas del Parlamento de Hong Kong, 21 miembros del partido Pan democrático condenaron la actuación policial, a la que calificaron de “ilegal”.
Mientras, un millar de manifestantes deambulaban de un lado a otro en el amplio área que el movimiento tiene ocupado, con cientos de tiendas de campaña en la zona de Admiralty, el corazón de las oficinas gubernamentales.
La Policía de Hong Kong inició en la madrugada del lunes una operación para limpiar las calles de barricadas y restablecer el tráfico a lo largo y ancho de la ciudad en la que participaron mil 700 agentes.
Sin embargo, cientos de manifestantes trataron de recuperar el martes alguna de estas vías, lo que condujo a las agrias refriegas con la Policía, en un intento de no ceder ante la presión de las autoridades para que dejen las calles.
Los líderes de las protestas condenaron la actuación policial de esta madrugada e insistieron en que el gobierno de Hong Kong debe sentarse a la mesa con ellos para entablar un diálogo sobre la reforma de la ley electoral con el objetivo de ampliar las libertades democráticas de los ciudadanos de esta región especial.