ASUNCION, Paraguay. Este sábado, un grupo de periodistas realizaron una marcha por las calles de Asunción en repudió al asesinato de su colega Pablo Medina, ocurrido el jueves 16 de octubre.
Portando fotografías de Medina y otros periodistas que han muerto, los manifestantes exigen una debida investigación y justicia en el caso.
El periodista paraguayo Pablo Medina falleció tras recibir varios disparos de hombres armados. Regresaba de una cobertura en una colonia a unos 45 kilómetros de Curuguaty acompañado de dos personas cuando dos hombres armados lo interceptaron y dispararon.
Pablo Medina, de 48 años, llevaba 16 como corresponsal de ABC Color en el estado norteño de Canindeyú, donde cubría principalmente historias de narcotráfico, contrabando y deforestación.
El diario ABC Color publicó ayer viernes en primera plana el nombre de los supuestos sospechosos del crimen, residentes del pueblo Ypehu. Uno de ellos ocupa un cargo electivo en la administración municipal.
Armando Rivarola, jefe de redacción de ABC, indicó que Medina recibía amenazas de Vilmar Acosta, intendente municipal de Ypehu y militante del oficialista Partido Colorado.
Pero en diálogo con la radio 650 AM, Acosta negó cualquier vinculación con el crimen.
“Yo en 2010, le llamé y él (Medina) me perseguía por una cuestión de unos problemas de antes. Yo nunca le amenacé al señor Pablo Medina, un trabajador más que se fue, un trabajador de la zona”, dijo Acosta y agregó que se ponía a disposición de los investigadores.
The Associated Press llamó por teléfono a la alcaldía municipal de Ypehu para conocer la versión de Acosta pero no obtuvo respuesta.
La fiscalía, por su parte, indicó que las pesquisas con el personal de criminalística recién comenzaron.
Sobre la supuesta relación de políticos de su partido con el crimen, el presidente Horacio Cartes dijo a periodistas que “eso está en plena etapa investigativa”.
“Siento que hoy nos han asesinado a todos”, afirmó Cartes.
Buscan justicia por el asesinato de Medina y 10 periodistas más
En Santiago de Chile, la Sociedad Interamericana de Prensa -que realiza su 70 asamblea general- emitió un comunicado repudiando el crimen.
Claudio Paolillo, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información, dijo que el asesinato de Medina “y de otros 10 periodistas en las Américas desde abril pasado nos recuerda la importancia de levantar con fuerza nuestras voces para exigir justicia por los crímenes y demandar garantías para la seguridad y protección de los periodistas”.
Medina, de 53 años era corresponsal en el departamento de Canindeyú con oficina en Curuguaty, unos 300 kilómetros al noreste de Asunción.
Canindeyú es vecina de Concepción, San Pedro y Amambay, territorio fértil para el cultivo intensivo de soja, maíz, girasol y cannabis. Se encuentra en la frontera con el estado brasileño de Mato Grosso do Sul.
El periodista Aníbal Gómez, de ciudad Pedro Juan Caballero, señaló a AP que “el trabajo de prensa en la frontera con Brasil es muy riesgoso porque los grandes temas se refieren a la marihuana y la cocaína. Yo recibí meses atrás amenazas de muerte, anónimos, tuve guardia policial por orden de la fiscalía pero sólo por un par de meses”.
“Pero uno nunca sabe qué ocurrirá mañana”, expresó.
Legalizar para evitar más muertes
El ex diputado opositor Elvis Balbuena dijo a AP que el Congreso debería rescatar del archivo un proyecto suyo de legalización de la mariguana para evitar más muertes violentas.
“Mi proyecto… nunca se analizó en el plenario de la Cámara de Diputados porque mis colegas de entonces no me lo permitieron porque existía una barrera enorme formada por tratados internacionales para la represión al tráfico de estupefacientes”, recordó.
Balbuena enfatizó que “la prohibición y la persecución a la mariguana elevan su precio y las numerosas bandas de traficantes cometen todo tipo de crímenes para llevarla a los mercados de Argentina, Brasil y Chile”.
En una entrevista reciente con AP, el jefe antidrogas de Paraguay Luis Rojas reveló que en el norte conviven en forma violenta más de 100 bandas de traficantes de mariguana asociadas a grupos similares de Brasil. Reconoció que en Canindeyú trabajan apenas ocho agentes antidrogas que resultan insuficientes para la zona.
Rojas estimó entonces que en Paraguay se cultiva marihuana en una superficie de entre 3.000 y 8.000 hectáreas y que cada hectárea produce tres mil kilos con un precio promedio de dos mil dólares el kilo. DE