En el filme, protagonizado por Ben Affleck, Rosamund Pike y Neil Patrick Harris, el álbum contribuye a intensificar la atmósfera que ocurre en torno a la misteriosa desaparición de Amy (Pike), la esposa de Nick Dunne (Affleck), y la búsqueda que éste emprende. Lagunas mentales, un diario donde la desaparecida hace dudar de la personalidad de su esposo, personajes de personalidad inestable, policías en búsqueda de una “verdad” y una búsqueda desesperada son reflejados en el trabajo de Reznor y Ross.
Desde el inicio con “What have we done each other?” se refleja un ambiente sombrío, desolado, con la densidad de sintetizadores minimalistas y entremezclados. “Sugar Storm” por su parte es algo más calmado, un sonido como xilófono lento, distorsiones, reflejan la tranquilidad de un hogar. Pero la influencia de Reznor no se pierde, “Procedual” es un claro ejemplo de la influencia del Low (1977) de David Bowie, Jean Michell Jarre y Brian Eno, por
Pero Gone Girl no suena a Nine Inch Nails, porque aunque es minimalista y ambiental no resulta repetitivo como llego a serlo la banda a partir del año 2000. Por ello mismo resulta interesante que Reznor y Ross se desapeguen de su trabajo previo con Nine Inch Nails o How To Destroy Angels y descubrir este tipo de trabajos donde su creatividad se enfoca en algo más allá del rock industrial, pero sin desapegarse de sus raíces, caso que se nota en “Technically, Missing” donde un ambientetechno e industrial se hacen presentes a lo largo de la melodía.
La idea de crear música para otras plataformas había estado en Reznor desde su participación con id Software para musicalizar el videojuego Quake. Más adelante intentaría lo mismo con Doom 3, pero el proyecto no se concluyó. En 2009 compuso “Theme for Tetsuo” para la película Tetsuo: The Bullet Man, una película cyberpunk de Shinya Tsukamoto. Pero todos estos proyectos no sonaban distinto de lo que Reznor había hecho desde el inicio de su carrera. Hasta The social network (2010) y recientemente con Gone girl, hemos podido observar algo
En 2010 Reznor y Ross dieron un giro totalmente nuevo en sus carreras con la película The social network, la cual los hizo ganadores del Óscar a la mejor banda sonora. Una banda sonora ambiental con sus influencias más remarcadas, pero totalmente ajenos a como lo habían hecho hasta entonces. Y Gone girl continúa con esta etapa, pero un poco más desapegados a su trayectoria, sin perderlo por completo, y menos con tiempos más lentos permitiendo al público sumergirse en las texturas que se entretejen alrededor de los instrumentos.
Si bien la fama hizo un paradigma en torno a Trent Reznor y Atticus Ross, Gone girl es la obra perfecta para desapegarse de ese estigma que es Nine Inch Nails. Por primera vez en mucho tiempo se puede escuchar una madurez musical en ambos, la cual rompió con sus propios esquemas para colocarlos en un camino interesante y en el que, en algún momento, se espera verlos trabajar sin la necesidad de ambientar una película, sino la vida misma.