ANKARA. Pese a la presión pública de Washington y de sus principales socios occidentales, Francia y Reino Unido, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, comparó al Partido Unión y Democracia (PYD), que coordina  los ataques de las milicias kurdas en la sitiada ciudad de Kobani, en el norte de Siria, con el Partido de Trabajadores del Kurdistán (PKK), la fuerza separatista con la que Ankara mantuvo un conflicto armado durante más de tres décadas y un saldo de muertos mayor a los 40 mil.

 

“¿Dar armas al PYD para formar un frente contra el EI? Veamos: para nosotros, el PYD es igual que el PKK, también es una organización terrorista”, aclaró Erdogan en una entrevista a la agencia de noticias semipública Anadolu, mientras volvía de una visita a Afganistán.

 

“Estados Unidos, que es nuestro amigo y aliado en la OTAN, estaría muy equivocado si esperase de nosotros decir ‘sí’ tras anunciar abiertamente un apoyo a una organización terrorista. Nadie puede esperar algo así de nosotros; no podemos decir sí a algo así”, agregó el mandatario y rechazó la posibilidad de que Washington empiece a armar a las milicias kurdas en Siria, como ya lo hace en Irak.

 

El PYD es considerada como la rama siria del PKK, la fuerza que pese a seguir proscrita en Turquía y a haber sido calificada por Erdogan como “tan terrorista como el EI”, participa desde hace más de un año y medio de un proceso de paz junto al gobierno turco.

 

Erdogan reiteró que no ha dado permiso a sus aliados norteamericanos para usar sus bases militares en la frontera con Siria y recordó las cuatro condiciones que reclama para participar de la coalición internacional que lidera Estados Unidos para bombardear al extremista EI en el norte sirio y en el oeste y el norte de Irak.

 

Ankara pide establecer una zona de exclusión aérea y una franja de seguridad para el ubicar a los refugiados -que ya superan el millón en el territorio turco-, reclama entrenar y equipar a la oposición siria que hace más de tres años que intenta derrocar al gobierno de Bashar Al Asad y, finalmente, redirigir a la ofensiva internacional para que también golpee y debilite a Damasco.

 

“Mientras no se cumpla esto, nosotros no podemos estar” dentro de la coalición liderada por Washington, destacó Erdogan.

 

La Casa Blanca comenzó con su campaña de ataques aéreos contra el EI en Irak a principio de agosto pasado y un mes más tarde lo extendió a la vecina siria.

 

Apenas unas horas antes de dar la entrevista, el mandatario turco había conversado por teléfono con su par estadounidense, Barack Obama.

 

Según informó la Casa Blanca en un comunicado, Obama discutió la dramática situación en Kobani, la ciudad kurda siria que desde hace un mes resiste a los ataques del EI, y de los “posibles pasos que podría tomar (Turquía) para combatir al ISIL (sigla en inglés para referirse al anterior nombre del EI)”.

 

“Los dos líderes se comprometieron a continuar trabajando de forma conjunta para fortalecer la cooperación contra el ISIL”, concluyó el breve comunicado.

 

Mientras tanto, en el terreno, la ciudad de Kobani vivió la madrugada de ayer una de las noches más duras de este último mes con ataques aéreos, con coche bombas, de artillería y combates.

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos informó que al menos 38 personas murieron en combates entre combatientes islamistas y milicianos kurdos, y por una nueva tanda de al menos seis ataques aéreos de la coalición liderada por Estados Unidos contra las posiciones del EI dentro y en las afueras de la ciudad.

 

Las autoridades kurdas que siguen dentro de la ciudad informaron en los últimos días que sus milicias lograron hacer retroceder a los combatientes islamistas, pese a que continúan dentro de Kobani.

 

Temor por avance del EI Egipto

 

Al menos siete policías murieron y otros cuatro resultaron heridos en la ciudad egipcia de Al Arish, situada en el norte de la península del Sinaí, en un doble atentado.

 

La fuente explicó que los agentes perdieron la vida por la explosión de dos artefactos colocados en sendos vehículos policiales blindados.

 

El doble atentado tuvo lugar en el barrio de Al Masaid, ubicado en las afueras de Al Arish.

 

Por su parte, la televisión estatal redujo la cifra de víctimas mortales a seis y especificó que se registró la detonación de un único artefacto.

 

Desde el derrocamiento del presidente islamista egipcio, Mohamed Mursi, el 3 de julio de 2013, los atentados se han intensificado contra las fuerzas del orden en El Cairo y otras partes de Egipto, sobre todo en la península del Sinaí.

 

Hasta el momento ningún grupo ha reivindicado la autoría del atentado. No obstante, los grupos yihadistas Ansar Beit al Maqdis (Partidarios de la Casa de Jerusalén) y Agnad Masr se han atribuido muchos de los ataque de los últimos meses, dirigidos especialmente contra las fuerzas y cuerpos de seguridad. Desde enero de 2011 y hasta el pasado abril, las arremetidas han segado cerca de un millar de vidas, según datos del ministerio de Asuntos Exteriores.

 

La amenaza yihadista se ha visto agravada por los últimos informes de la inteligencia egipcia, que alerta de la creciente relación de los militantes del Sinaí con el Estado Islámico, que controla amplias zonas de Siria e Irak.